Un estudio reciente llevado a cabo por la investigadora Amanda Fernandes del Instituto de Salud Global (ISGlobal) ha revelado que los niños que viven en barrios más verdes tienen una mejor función pulmonar. Este hallazgo, que se basa en el análisis de datos de 10 cohortes de nacimiento europeas de 8 países, subraya la importancia de integrar espacios verdes en los entornos urbanos para mejorar la salud respiratoria de los niños.
Para llevar a cabo esta investigación, los datos fueron recopilados de manera individual para cada participante. La exposición a los espacios verdes fue medida en dos momentos diferentes: durante el embarazo y durante la infancia (de 3 a 12 años). Como indicador de los espacios verdes residenciales, se utilizó el índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI), que estima la cantidad de vegetación en un punto determinado a través de imágenes satelitales, en un área de 300 metros alrededor de la vivienda del participante.
La función pulmonar de los niños fue evaluada mediante pruebas de espirometría. Los investigadores midieron la capacidad vital forzada (FVC), que es la cantidad máxima de aire que una persona puede exhalar sin límite de tiempo después de una inhalación profunda. También se midió el volumen espiratorio forzado en un segundo (FEV1), que es el volumen de aire exhalado en el primer segundo de una respiración forzada después de una inhalación profunda. Estas medidas indican el volumen pulmonar y el grado de apertura de las vías respiratorias, respectivamente.
El análisis estadístico de los datos mostró que los niños que vivían en barrios más verdes tenían una FVC y un FEV1 más elevados, es decir, una mejor función pulmonar. Por el contrario, los niños que vivían más lejos de los espacios verdes tenían un volumen pulmonar menor (FVC).
Aunque se observó una asociación positiva entre vivir en barrios más verdes y la función pulmonar independientemente del nivel socioeconómico, el efecto fue más fuerte en los niños de entornos socioeconómicos más altos. Fernandes sugiere que una posible explicación podría ser que las familias con mayor educación o ingresos pueden tener acceso a áreas verdes de mayor calidad, más seguras y mejor mantenidas.
Los investigadores también analizaron la dirección de las casas de las madres durante el embarazo, pero no encontraron ninguna asociación entre la vegetación residencial y los indicadores de salud respiratoria. Esto sugiere que el vínculo entre los espacios verdes y una mejor función pulmonar podría estar relacionado con factores que ocurren durante la infancia.
“Aún no entendemos del todo cómo los espacios verdes afectan la función pulmonar. Sabemos que reducen la contaminación del aire, lo que a su vez afecta a la salud respiratoria. También creemos que los espacios verdes pueden exponer a los niños a una microbiota beneficiosa, que puede contribuir al desarrollo del sistema inmunológico e influir indirectamente en la función pulmonar. Además, los espacios verdes cercanos a casa podrían fomentar la actividad física durante una etapa crucial del desarrollo pulmonar”, explica Fernandes.
Martine Vrijheid, autora principal del estudio y codirectora del programa de Medio Ambiente y Salud a lo Largo de la Vida de ISGlobal, enfatiza la importancia de integrar espacios verdes en los entornos urbanos para mejorar la salud respiratoria, especialmente en los niños. Según Vrijheid, si la forma en que se configuran las ciudades contribuye a la desigualdad, es crucial una planificación urbana que mitigue conscientemente esta inequidad.
Además de los resultados respiratorios, el estudio también analizó si los espacios verdes cerca del hogar durante el embarazo y la infancia estaban asociados con otros resultados de salud, incluyendo los cardiometabólicos y de desarrollo neurológico. Sin embargo, no se encontraron otras asociaciones significativas.
La investigación se realizó como parte de la Red de cohortes de niños de la UE en el marco de los proyectos LifeCycle, EUCAN-Connect y ATHLETE, financiados por la Unión Europea. Estos proyectos han creado una plataforma de análisis de datos totalmente armonizada, permitiendo una investigación transnacional más efectiva.
Los resultados de este estudio se han publicado en el Environment International, en un artículo titulado Espacios verdes y resultados respiratorios, cardiometabólicos y de desarrollo neurológico: un metaanálisis de datos de participantes individuales de >35.000 niños europeos.