Inicia funciones el Parlamento Europeo más dividido y orientado a la derecha | Noticias Elecciones Europeas 2024

EL PAÍS

El Parlamento Europeo que se constituye este martes se caracteriza por ser el más fragmentado que se ha visto hasta la fecha. Ha dado lugar a un escenario político que cuenta con un ala derecha más nutrida que nunca. Los resultados de las elecciones del 9 de junio han configurado un hemiciclo en el que más de la mitad de los 720 eurodiputados pueden ser clasificados entre el centroderecha y la derecha más extrema. Sin embargo, la falta de cohesión entre los parlamentarios de extrema derecha, que se encuentran divididos en tres grupos, ha resultado en una Eurocámara más dividida que nunca.

Por primera vez, el Parlamento cuenta con hasta ocho grupos parlamentarios, y el que más eurodiputados reúne, el Partido Popular Europeo (PPE), no alcanza ni el 26% del total. Este panorama político tan diverso podría complicar los debates y dificultar los acuerdos y equilibrios, según fuentes de la institución.

En una legislatura que resulta crucial para la estabilidad de Europa, y con un contexto global muy convulso, los moderados se esfuerzan por resistir, aunque han sufrido un golpe considerable. Ahora, populares, socialdemócratas, liberales y verdes se están movilizando para aplicar un cordón sanitario a algunas de las familias de extrema derecha, consideradas especialmente radicales y afines al Kremlin, con el objetivo de evitar que ocupen puestos de responsabilidad en la Eurocámara.

El primer Parlamento Europeo elegido por voto ciudadano se constituyó en 1979 y era claramente bipartidista. Populares y socialdemócratas sumaban casi el 70% de los escaños. Sin embargo, desde entonces se ha establecido una tendencia a la baja que ha llevado a estas dos fuerzas mayoritarias a comenzar esta nueva legislatura con tan solo el 45%.

El PPE arranca esta legislatura como la fuerza mayoritaria con 188 parlamentarios (el 26% del hemiciclo). Le siguen los socialistas, con 136 eurodiputados, por primera vez menos del 20%. A partir de ahí, comienza la fragmentación ultraderechista: los 84 de un nuevo grupo, los Patriotas por Europa —que, liderados por los partidos del húngaro Viktor Orbán y la francesa Marine Le Pen, reúnen a un importante número de eurodiputados afines a la Rusia de Vladímir Putin— y los 78 de Conservadores y Demócratas Europeos (ECR), la familia política de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

El nuevo Parlamento estará, por tanto, más inclinado a la derecha y seguirá manteniendo una mayoría masculina: el 60% de los eurodiputados son hombres, como en la legislatura que comenzó en 2019.

La elección de la presidencia será la primera tarea de la nueva Cámara. La maltesa Roberta Metsola competirá contra la exministra de Igualdad española Irene Montero. A pesar de esto, Montero no tiene ninguna posibilidad de ser elegida. Después se nombrará el resto de la mesa. Dos días después, el Parlamento afrontará su primer gran prueba de esta legislatura: confirmar o no a Ursula von der Leyen para un segundo mandato al frente de la Comisión Europea, para lo que necesitará, al menos, 361 apoyos.

Una de las incógnitas ahora es si las familias ultras durarán hasta el final de la legislatura o alguna implosionará y terminará por desintegrarse, como ha pasado alguna vez. El carácter ultranacionalista de los partidos miembros de estos grupos hace difícil la cooperación. Además, la afinidad hacia Rusia también los divide.

“Actualmente, estamos en negociaciones con los Socialistas y con Renew para aplicar un cordón sanitario a los eurodiputados propuestos por grupos que se encuentran en la extrema derecha y a los amigos de Putin”, asegura un portavoz de los populares. “No queremos que esos eurodiputados representen a la institución”, añade.

Los Patriotas por Europa y los Soberanistas —el grupo que se alimenta fundamentalmente de Alternativa para Alemania (AfD), expulsada de la familia que antes formaba Identidad y Democracia después de un escándalo de memoria histórica sobre el nazismo— hacen ahora campaña eurodiputado por eurodiputado para tratar de asegurar alguna posición. La familia impulsada por Orbán aspira a liderar el comité de Transporte y el de Cultura.

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