El avance tecnológico de los automóviles ha ido en aumento a lo largo de los años, pero para entender la genialidad de algunos modelos actuales, es necesario retroceder al pasado. Más de 90 años atrás, en 1932, se formó en Alemania un fabricante llamado Auto Union, resultado de la fusión de cuatro empresas: Audi, Horch, Wanderer y DKW. Con abundantes fondos públicos y en medio de una guerra tecnológica con Mercedes, Auto Union desarrolló un ambicioso programa de competición del que surgieron coches de carreras equivalentes a un Fórmula 1 actual. En este ambiente competitivo, Auto Union quiso desarrollar lo que pudo haber sido el primer supercoche de calle.
El título de primer supercoche de calle se lo llevó finalmente el Mercedes 300 SL «alas de gaviota», que llegó al mercado en el año 1954. Sin embargo, dos décadas antes, Auto Union había iniciado el desarrollo del Schnellsportwagen, un proyecto que fue encomendado a la oficina técnica de Ferdinand Porsche en 1933. Los coches de carreras diseñados por Porsche debían adherirse a un peso máximo de 750 kilos, y contaban con una formidable rivalidad con Mercedes-Benz.
El Auto Union Typ 52, conocido internamente como Typ 22, fue presentado en la temporada 1934. Su innovación más radical fue el posicionamiento de su motor detrás del piloto, en posición central. Esta idea fue también replicada por el Auto Union Type C, que en 1936 logró numerosas victorias, récords de velocidad y títulos europeos de montaña.
Pero volvamos al año 1933, y a la idea de Ferdinand Porsche para un Fórmula 1 de calle. Utilizando el desarrollo técnico del Typ 22, la oficina de Porsche creó varios bocetos y produjo documentación técnica para este coche de competición para las calles. Sin embargo, el proyecto fue cancelado en 1935 por motivos desconocidos, posiblemente presupuestarios, y gran parte de la documentación se perdió o fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial.
Años después, Audi decidió encargar a Crosthwaite & Gardner, la empresa británica que restaura y mantiene sus coches clásicos de competición, la creación desde cero del Auto Union Typ 52. El proyecto se completó a finales de 2023, y el coche fue construido empleando las mismas técnicas que se habrían usado en los años treinta.
El Typ 52, también conocido como Schnellsportwagen, empleaba un chasis de largueros con una carrocería de paneles metálicos, martillados a mano sobre una estructura de madera. Su diseño era futurista para la época, con una carrocería muy aerodinámica y pasos de rueda carenados. El motor del Typ 52 iba montado en posición central, y en los documentos de Porsche se especificaba el uso del motor V16 de 4,4 litros de los Auto Union Type A.
Para lograr una mayor fiabilidad, la potencia del 4.4 se reduciría hasta 200 CV a 3.650 rpm, con un par máximo de 436 Nm a 2.250 rpm. Pero de manera deliberada, Audi Tradition decidió emplear el mismo motor de los Auto Union Type C, un V16 de 6,0 litros, sobrealimentado por compresor, que desarrolla 520 CV a 4.500 rpm, funcionando con gasolina y metanol.
Con 1.450 kilos en vacío, el Typ 52 es un coche de prestaciones impresionantes. Llama la atención que tenga solo tres asientos, con una posición de pilotaje central, similar a la de un coche de carreras. Las dos plazas adicionales están ligeramente atrasadas, al igual que en el icónico McLaren F1, diseñado casi 60 años más tarde.
El espectacular Auto Union Typ 52 hizo su debut en el Festival of Speed de Goodwood, causando gran emoción entre los espectadores. A pesar de que muchos de sus detalles originales se perdieron en el tiempo, la recreación de este icónico modelo nos permite apreciar la genialidad de los diseños de automóviles de antaño, y cómo han influido en la creación de los superdeportivos actuales.