El presidente de la Democracia Cristiana (DC) de Chile, Alberto Undurraga, ha confirmado el apoyo de su colectividad a la propuesta del gobierno de reponer la multa por voto obligatorio en las próximas elecciones municipales de octubre. Este anuncio ha desencadenado un amplio debate en el Congreso, con la oposición criticando la exclusión de la multa para los residentes extranjeros que tienen derecho a votar.
La polémica moción ha encontrado opositores como el diputado Gonzalo Winter del Frente Amplio (FA), quien la ha calificado como una medida “antipobre”. Por otro lado, el oficialismo insiste en la obligatoriedad del voto pero sin sanción. En respuesta a estas críticas, el Ejecutivo ha decidido vetar el proyecto con el objetivo de restablecer la multa.
En lo que respecta al veto, el líder de la DC ha defendido su postura, argumentando que el voto obligatorio es beneficioso para la democracia. Según Undurraga, “cuando hay voto voluntario, los sectores más pobres votan menos. Entonces quedan subrepresentados los sectores más pobres y eso no le hace bien a la democracia. El voto obligatorio creemos que va en el sentido correcto, y una obligación sin sanción no es obligación”.
Sin embargo, a pesar de su apoyo al voto obligatorio, Undurraga ha expresado sus diferencias en torno a la discusión sobre la multa a los migrantes residentes en Chile: “Esto de discutir dos meses antes de la elección si los extranjeros pueden o no pueden votar –porque en el fondo van a poder votar, pero con una regulación distinta– de acuerdo a lo que plantea el gobierno, creo que no es lo que yo hubiese querido. Es una discusión legítima, por cierto. Yo soy partidario de que en las elecciones territoriales voten con las mismas obligaciones, y las mismas restricciones que los chilenos y chilenas. En las presidenciales y parlamentarias podemos discutir algo distinto”.
En medio de este debate, Undurraga ha señalado que “hay cálculos (electorales), sin duda, de parte del oficialismo”. El líder de la DC ha manifestado que habría preferido no introducir cambios en esta elección y dejar cualquier discusión sobre el voto extranjero para la siguiente. Para él, discutir estas cuestiones tan cerca de la elección parece impropio.
El debate en torno a la obligatoriedad del voto y las multas asociadas a su incumplimiento ha puesto de manifiesto las tensiones existentes en la política chilena. Mientras el gobierno busca el regreso de la sanción por no votar, la oposición critica la exclusión de la multa para los residentes extranjeros. Asimismo, el oficialismo insiste en la obligatoriedad del voto, pero sin sanción.
Esta situación revela las diferencias en la interpretación de la democracia y el papel del voto en la sociedad chilena. La DC, liderada por Alberto Undurraga, argumenta que el voto obligatorio es beneficioso para la democracia y que una obligación sin sanción no es obligación. Sin embargo, la oposición, representada por figuras como Gonzalo Winter, ve en estas medidas un castigo para los sectores más pobres, quienes suelen votar menos en un sistema de voto voluntario.
El debate también ha sacado a la luz las tensiones en torno a la participación de los migrantes en las elecciones chilenas. Mientras que el gobierno plantea una regulación distinta para los residentes extranjeros, Undurraga defiende que estos deben votar con las mismas obligaciones y restricciones que los chilenos en las elecciones territoriales.
En conclusión, la discusión sobre la obligatoriedad del voto y las multas asociadas ha abierto un amplio debate en Chile. Con las elecciones municipales de octubre a la vuelta de la esquina, las tensiones políticas están en aumento. El desarrollo de este debate y las decisiones que se tomen al respecto tendrán un impacto significativo en la democracia chilena.