El gigante de la tecnología, Intel, se mantiene en el punto de mira con su anticipada línea de procesadores de alto rendimiento, conocida como Intel Arrow Lake-S. Aunque aún no se ha realizado una presentación oficial de estos nuevos procesadores, se ha hecho referencia a ellos y, gracias a varias filtraciones en los últimos meses, se puede vislumbrar lo que estos nuevos chips podrían ofrecer.
La gran interrogante que se cierne sobre estos procesadores es la fecha de su lanzamiento. Las primeras informaciones apuntaban a una presentación en septiembre seguida de un lanzamiento en octubre. Estas fechas estarían en línea con la estrategia que Intel ha seguido con generaciones anteriores, como la Raptor Lake Refresh. Sin embargo, un nuevo rumor indica que podríamos estar frente a un importante retraso, sugiriendo que los Intel Arrow Lake-S no llegarán hasta diciembre de 2024.
Este rumor aún no ha sido confirmado, pero la teoría que plantea resulta plausible. Se espera que Intel Arrow Lake-S entre en la fase de producción de «muestras de calidad» a finales de septiembre o principios de octubre, y necesitará al menos tres meses adicionales para entrar en la fase de distribución comercial. Esto permitiría que los nuevos procesadores lleguen a las tiendas, pero con un retraso de aproximadamente dos meses.
Este retraso podría ser perjudicial para Intel ya que dejaría a su competidor, AMD, en una posición privilegiada en el mercado con sus Ryzen 9000, que se lanzarán el 31 de julio y tendrán varios meses de ventaja antes de que los Intel Arrow Lake-S estén disponibles. Esta situación podría afectar no solo a los procesadores Intel Arrow Lake-S serie K, sino que también podría impactar la fecha de lanzamiento de los modelos no K, que normalmente se lanzarían en enero de 2025.
Es importante tener en cuenta dos elementos clave aquí. En primer lugar, la fuente del rumor no aclara si este retraso se aplica a los modelos Intel Arrow Lake-S serie K o a los modelos no K. Lo más probable es que se refiera a los primeros, ya que se esperaba que llegasen a finales de este año, mientras que los modelos no K suelen lanzarse a principios del año siguiente.
En segundo lugar, existe la posibilidad de que Intel opte por realizar un lanzamiento sobre papel con una disponibilidad muy limitada en octubre, y que la disponibilidad general se produzca entre noviembre y diciembre. Este tipo de lanzamientos ha sucedido en varias ocasiones, por lo que no podemos descartarlo.
A pesar de todos estos factores, como es habitual en estos casos, se recomienda tomar estos rumores con cautela hasta que no se obtenga una confirmación oficial. Lo que sí es seguro es que el futuro de los procesadores de alto rendimiento está en constante evolución y los ojos del sector tecnológico estarán puestos en Intel en los próximos meses.