En medio de la creciente inestabilidad en Medio Oriente, la gran mayoría de los israelíes cree que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, debería dimitir debido a los fallos de seguridad que permitieron los devastadores ataques de Hamas del 7 de octubre. Según una encuesta del canal 12 de noticias de Israel, estos ataques resultaron en la muerte de unas 1.200 personas y el secuestro de 250 individuos.
Los resultados de la encuesta revelan que un contundente 72% de los encuestados considera que Netanyahu debe presentar su dimisión por lo ocurrido. De ellos, un 44% cree que debe hacerlo de inmediato, mientras que el 28% opina que debería hacerlo una vez termine la guerra contra Hamas en la Franja de Gaza.
Incluso entre los votantes que apoyan a la actual coalición de Gobierno, la mitad considera que Netanyahu debería abandonar el cargo antes del final de la legislatura. Un 42% cree que debería agotar su mandato.
Además, un 64% de la población israelí cree que el país debería llegar a un acuerdo de alto el fuego con el grupo islamista que permita liberar a los rehenes israelíes que aún permanecen en Gaza.
Hasta ahora, solo se han producido dos dimisiones de relevancia en el estamento militar por los errores del 7 de octubre. También ha habido una dimisión en el Shin Bet (inteligencia interior).
El 22 de abril, el jefe de la inteligencia militar israelí, el general Aharon Haliva, abandonó su cargo tras 38 años de servicio. El 9 de junio, el general de brigada Avi Rosenfeld, comandante de la división de Gaza, también dimitió al no haber podido proteger a las comunidades, a los miles de residentes y a las fuerzas estacionadas en los puestos de avanzada.
El jefe para el distrito sur del Shin Bet, cuya identidad no ha sido desvelada, dimitió recientemente, convirtiéndose en el primer miembro del órgano que presenta su renuncia por los fallos de inteligencia que permitieron la masacre.
El jefe del Shin Bet, Ron Bar, pidió disculpas por lo ocurrido el 7 de octubre y asumió su responsabilidad, pero aún continúa en su cargo.
Según la encuesta del canal 12, Netanyahu es el israelí al que el público atribuye la mayor responsabilidad por los ataques del 7 de octubre, incluso más que a Haliva, a Bar o al ministro de Defensa, Yoav Gallant. De todos ellos, Netanyahu es el único que no ha admitido responsabilidad alguna por lo sucedido.
Gallant solicitó públicamente la creación de una comisión estatal que investigue los errores cometidos por las autoridades israelíes antes y durante los ataques de Hamas. Este organismo debe investigarlo a él, a Netanyahu y a los altos cargos del Ejército y las agencias de inteligencia israelíes.
En un discurso frente al mandatario con motivo de la graduación de los cadetes del Ejército, Gallant insistió en que las fuerzas armadas israelíes deben «reconstruir la confianza que se ha visto dañada».
Poco después, el Ejército se disculpó públicamente por un ataque contra milicianos de Hamas el 7 de octubre que acabó matando a varios residentes israelíes del kibutz Be’eri, cercano a la frontera con Gaza.
«Fallamos en proteger el kibutz», reconoció el principal portavoz militar israelí, Daniel Hagari, acompañado del General de División Mickey Edelstein, ante los evacuados de Be’eri al presentar los resultados de la investigación militar sobre el suceso. En el cruce de fuego entre los milicianos palestinos y las tropas, murieron 13 israelíes.