En el mundo de los automóviles de lujo, la expectativa y anticipación por el último modelo de una marca es siempre alta. Sin embargo, el reciente anuncio de Bugatti sobre su último modelo, el Bugatti Tourbillon, ha superado todas las expectativas. Aún antes de su lanzamiento, el Tourbillon ya ha conseguido eclipsar a todos sus antecesores, además de cambiar para siempre a la firma francesa, propiedad de Volkswagen.
El Tourbillon es un modelo que destaca por su nuevo motor V16, un verdadero monstruo de 16 cilindros y 1.000 CV. Este motor nació como parte de un proyecto imposible, pero gracias a la determinación de una única persona y la colaboración con Cosworth, se ha hecho realidad.
Bugatti no podía, ni quería, conformarse con el mejor de los motores
El Tourbillon sigue usando un motor térmico únicamente porque el CEO de Bugatti, Mate Rimac, insistió en crear un nuevo sistema híbrido enchufable basado en un propulsor atmosférico, descartando así cualquier plan de crear el primer Bugatti eléctrico, que era el plan inicial por parte del grupo Volkswagen.
Sin embargo, convencer al antiguo CEO de Volkswagen, Herbert Diess, de este cambio de planes no fue tarea fácil. Además, el reto de crear un nuevo motor térmico de altas prestaciones de la nada fue aún más duro, especialmente después de descartar el uso del W16 Quad-Turbo que hasta ese momento había impulsado a todos los modelos Bugatti desde el renacimiento de la marca con el Veyron.
Para superar estos desafíos, Mate Rimac confió en Cosworth, inspirado por el trabajo que habían hecho con los V12 de los Valkyrie y GMA T.50. Aunque Rimac no tenía experiencia en el diseño y desarrollo de propulsores térmicos, conocía perfectamente qué se estaba haciendo en el segmento de los hiperdeportivos.
Una vez que Rimac recibió el visto bueno de Volkswagen para desarrollar el sucesor del Chiron utilizando un sistema de propulsión híbrido, planteó el tren motriz de una forma muy diferente a lo que se había visto hasta ahora. Una de sus obsesiones era emplear un motor atmosférico como símbolo de exclusividad y purismo, utilizando la electrificación para añadir las prestaciones adicionales esperadas en un coche de este nivel.
En 2019, Rimac contactó directamente a Bruce Wood, Director general de Cosworth. Le propuso el proyecto y la necesidad de crear un motor atmosférico de la nada que estuviera a la altura de Bugatti. Bugatti no quería tener “otro” V12, necesitaba un propulsor único, diseñado a medida, con la certeza de que nadie más podría ofrecer una configuración similar.
Después de considerar varias ideas, los V10 o V12 fueron descartados por su falta de exclusividad, y cualquier nueva configuración en W fue descartada por las limitaciones de este diseño. En su lugar, se optó por un V16 de 8,3 litros, con bancadas a 90º y aspiración atmosférica. Este nuevo gigante de 16 cilindros, creado por Cosworth, con un cigüeñal de 1 metro de largo, es capaz de producir 1.000 CV de potencia y 900 Nm de par motor, además de ofrecer un límite de giro de 9.000 rpm. Este motor no solo ofrece potencia, sino también una progresividad y sonido nunca antes visto en un Bugatti moderno.