Recientemente, un innovador proyecto de investigación participativa ha conseguido recuperar una variedad de melodías, entre las que se incluyen jotas, canciones tradicionales, romances, seguidillas y villancicos. Este proyecto forma parte de un programa de promoción cultural del Ministerio, con un doble propósito: recopilar canciones a nivel local y evaluar el impacto de la música en la salud mental de los participantes, utilizando una metodología propia desarrollada por la Fundación.
El programa ha llevado a cabo 200 microconciertos participativos donde, con la ayuda de familiares y cuidadores, se ha recolectado información sobre las canciones de la infancia de los pacientes. A partir de estos recuerdos, se ha realizado un análisis musical completo para obtener la melodía. Estos microconciertos han sido grabados y almacenados en la Biblioteca Nacional de recuerdos musicales, que se estrenará en los próximos días.
Según el informe de evaluación, el impacto del programa en la salud mental y la satisfacción de los participantes ha sido notablemente positivo. Un alto porcentaje de los participantes informó mejoras en su estado emocional, lo que está en consonancia con los resultados de estudios científicos que han demostrado que la música puede influir positivamente en la salud mental y el bienestar general.
Canciones para mejorar el estado de ánimo
Se ha estudiado la influencia de la música en las personas, y se ha llegado a la conclusión de que la música es una herramienta eficaz para la regulación de las emociones. Según Músicos por la Salud, Saarikallio y Erkkilä (2007) han encontrado que la música ayuda a manejar el estrés y mejorar el estado de ánimo. Además, la participación en actividades musicales puede promover el sentido de comunidad y reducir la sensación de aislamiento, especialmente en poblaciones vulnerables, como las personas mayores.
En el caso de las personas mayores, la música puede retrasar el deterioro cognitivo y mejorar la calidad de vida en personas con demencia. Las canciones también proporcionan una herramienta para la expresión emocional y la interacción social, factores cruciales para el bienestar de los ancianos.
Humanizar la asistencia desde la música
La fundación Músicos por la Salud es la organización con mayor actividad en la implementación de la música como forma de mejorar la situación de pacientes y personas en situación de vulnerabilidad. Desde 2015, trabaja para humanizar la experiencia de los pacientes de hospitales y centros sociosanitarios a través de microconciertos.
Desde su creación, la fundación ha ayudado a casi medio millón de personas en nuestro país, colaborando con 65 hospitales y 300 centros sociosanitarios y asistenciales. Actualmente, busca reducir el estrés e incrementar el bienestar de los pacientes solicitando a las distintas administraciones públicas que sigan las recomendaciones de la OMS e implementen políticas que incluyan la música en el entorno sociosanitario, tal como lo hacen otros países de nuestro entorno.