La complejidad de la respuesta de la Corte Suprema a las acusaciones de tráfico de influencias

Cómo se complicó la respuesta de la Corte Suprema a las denuncias de tráfico de influencias

Las primeras semanas de trabajo de la Comisión de Ética que investiga las denuncias de tráfico de influencias en el máximo tribunal han estado teñidas de convulsiones y conflictos. Este organismo, creado por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Blanco Herrera, para investigar las denuncias de tráfico de influencias en el nombramiento de jueces, ha enfrentado una serie de obstáculos que han dificultado su labor.

El primer obstáculo que enfrentó la Comisión vino del propio Fiscal Nacional, Ángel Valencia. El jefe del Ministerio Público decidió no acceder a la petición de la Corte Suprema de facilitar los chats de WhatsApp de Luis Hermosilla con integrantes del Poder Judicial que están siendo investigados, así como del caso de Gonzalo Migueles, pareja de la ministra Angela Vivanco. Valencia justificó esta decisión argumentando que la información solicitada está relacionada con investigaciones penales en curso que deben mantenerse en secreto.

Este escenario ha generado tensiones dentro de la Corte Suprema. Parte de los jueces involucrados, como Jean Pierre Matus y Angela Vivanco, han restado validez al accionar de la Comisión de Ética. Esto ocurrió después de que se les asegurara que la Comisión sólo recopilaría antecedentes respecto a las acusaciones de tráfico de influencias que los vinculan. Sin embargo, María Soledad Melo, vocera de la Corte Suprema, explicó que Matus, Vivanco y Letelier, junto con el juez Mario Carroza, ya fueron notificados de la apertura de las indagaciones en su contra.

Melo aclaró que la Comisión de Ética revisa los antecedentes y si considera que hay alguna actuación de algún ministro que transgreda los principios de ética, emite un informe al Pleno. El Pleno es quien determinará si corresponde alguna investigación sumaria administrativa por los hechos o si se considera una inobservancia y se archiva el caso.

Jean Pierre Matus fue el primero en reaccionar a las palabras de la vocera de la Corte Suprema. Matus negó cualquier tipo de conversación vía WhatsApp con Luis Hermosilla, contradiciendo un reportaje de Ciper que consigna que Matus reconoció tener contactos con el abogado. Matus pidió la inhabilitación de la Comisión de Ética, alegando que la Corte no tiene competencia para conocer de actuaciones que no son de los miembros del Poder Judicial.

Por su parte, Angela Vivanco rechazó ser notificada de la investigación en su contra hasta que se muestren los mensajes de WhatsApp que la vinculan con un posible tráfico de influencias. El gran problema que enfrenta la Corte Suprema en el caso de Vivanco es que ella no mantiene conversaciones de este tipo ni es nombrada siquiera, ya que las gestiones cuestionadas fueron realizadas por su pareja, Gonzalo Migueles.

Para cerrar estos agitados días en el máximo tribunal, los cambios de último minuto también afectaron a los miembros de la Comisión de Ética. La ministra Adelita Ravanales pidió su inhabilitación, justificándola por su relación de amistad con Angela Vivanco. En su lugar, se incorporará a la Comisión a Andrea Muñoz Sánchez, quien se suma a Ricardo Blanco y a Gloria Ana Chevesich como miembros de la Comisión de Ética de la Corte Suprema.

La serie de conflictos y tensiones en la Corte Suprema reflejan la complejidad de las investigaciones en curso. La Comisión de Ética, pese a los obstáculos, sigue adelante con su labor de investigar y recopilar antecedentes sobre las acusaciones de tráfico de influencias. Sin embargo, la negativa de algunos jueces a cooperar y las tensiones internas plantean desafíos a esta labor y ponen en evidencia la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad en el ámbito judicial.

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