El insomnio es un trastorno que puede afectar diversos aspectos de nuestras vidas, desde nuestra salud física y mental hasta nuestra economía y productividad. Según el neurofisiólogo experto en medicina del sueño, el Dr. Manuel de Entrambasaguas, del Hospital Clínico de Valencia, el insomnio tiene un impacto significativo en la economía, más allá de los costes directos asociados a las consultas médicas y los fármacos.
De Entrambasaguas, miembro del grupo de trabajo de Insomnio de la Sociedad Española del Sueño (SES), ilustra que los costes indirectos del insomnio son aún mayores. Estos se derivan del consumo adicional de recursos sanitarios por parte de las personas con insomnio, tales como más consultas, fármacos, pruebas diagnósticas y hospitalizaciones, debido a una mayor morbilidad general. Además, el insomnio puede influir negativamente en la salud física y mental, y si no se trata, puede agravar las enfermedades asociadas a este trastorno.
El Dr. de Entrambasaguas también destaca los costos indirectos relacionados con la pérdida de productividad laboral. Aquellos que sufren de insomnio tienen un mayor riesgo de accidentes y absentismo laboral, y especialmente de «presentismo» laboral, lo que puede afectar la economía en general.
En 2023, un estudio de la corporación RAND estimó que el impacto económico del trastorno de insomnio crónico sobre la productividad en España fue del 0.82% del PIB, equivalente a 12.000 millones de dólares. Si se extrapolan las cifras de la corporación RAND a los datos actuales de prevalencia de insomnio crónico, el impacto económico en España sería enorme, más del doble de su estimación.
Tradicionalmente, el insomnio se ha tratado con fármacos, pero en los últimos años, las guías internacionales de práctica clínica han recomendado la terapia cognitivo-conductual para el insomnio como primer tratamiento a emplear en todos los adultos con trastorno de insomnio crónico, incluido el comórbido.
Un estudio reciente publicado en la revista científica Sleep concluía que esta terapia es una de las opciones más rentables para el tratamiento del sueño y que puede aportar más beneficios económicos a largo plazo, especialmente en cuanto a eficacia duradera y reducción de costes.
El principal beneficio de la terapia cognitivo-conductual para el insomnio es su mayor eficacia frente a los fármacos, tanto a corto como a largo plazo. Como señala un conocido proverbio chino, «Dale a una persona un pescado y lo alimentarás durante un día; enséñale a pescar y lo alimentarás para toda la vida». Así, quienes responden a la terapia cognitivo-conductual para el insomnio adquieren herramientas que les permiten entender qué hay detrás de su insomnio y cómo manejarlo.
La terapia cognitivo-conductual para el insomnio es un sistema de tratamiento que puede darse en formato individual o grupal. El tratamiento incluye adquirir un estilo de vida que favorece la salud del sueño, corregir las creencias erróneas acerca del sueño y el insomnio, corregir las conductas inadecuadas que aparecen como consecuencia del insomnio y sustituirlas por estrategias útiles, y disminuir la hiperactivación de la actividad mental.
Según el Dr. de Entrambasaguas, esta terapia mejora de forma significativa el insomnio en el 50% de los casos. En algunos de estos casos, incluso se puede retirar la medicación para dormir si la estaban consumiendo, dado que la expectativa es que su mejoría sea persistente. En otro 25% de los pacientes, la mejora es parcial, algo que puede deberse a que algunos pacientes tienen dificultades para seguir las instrucciones y estrategias propuestas.
A pesar de los buenos resultados de la terapia cognitivo-conductual para el insomnio, De Entrambasaguas lamenta que en España aún sean escasas las Unidades del Sueño multidisciplinares, en las que profesionales de distinto origen abordan de forma conjunta los trastornos del sueño. Esta falta de trabajo multidisciplinar, junto con la falta de tiempo, de formación, o desconocimiento de la oferta cuando existe, puede resultar en que muchas veces los pacientes que padecen insomnio sean tratados con pastillas para dormir, sin una valoración adecuada ni un seguimiento posterior.
Por este motivo, el Dr. de Entrambasaguas destaca la importancia de contar con unidades multidisciplinares de sueño bien dotadas y con vías clínicas que indiquen qué hacer con el paciente con insomnio ya desde atención primaria, y cómo, cuándo y a quién derivarlo para una atención especializada, que en el caso del insomnio debería incluir la terapia cognitivo-conductual.