El pasado miércoles, los resultados de las elecciones legislativas en Francia dieron una sorpresa con respecto a un «puñado de ovejas negras» a las que se refirió Jordan Bardella, candidato a primer ministro por el partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN). Resultó que no se trataba de un puñado, sino de casi un rebaño. Alrededor de un centenar de los candidatos a diputados de la extrema derecha poseían un pasado conflictivo, plagado de declaraciones y acciones que abarcaban desde el racismo y la homofobia hasta el antisemitismo, el apoyo a Rusia y diversas teorías conspirativas. De estos, hasta 28 ahora ocuparán un escaño en la Asamblea Nacional.
Según informes de los medios de comunicación, Bardella reconoció la presencia de estas «ovejas negras» en su partido y retiró algunos nombres antes de la segunda vuelta de las elecciones. Sin embargo, los que permanecieron y lograron clasificarse son numerosos. Según el periódico de izquierdas Libération, hasta 28 de los 143 diputados del RN y sus aliados, que representan casi el 20% de los que entraron formalmente a la Asamblea Nacional el miércoles, han mostrado en el pasado posturas chocantes con la imagen moderada que el partido aspira a proyectar.
La presencia de estos diputados pondrá a prueba la insistencia por parte de la cúpula del RN de que sus miembros deben ser “perfectamente irreprochables” tanto en el hemiciclo nacional como fuera de él. Bardella, eurodiputado y presidente del RN, reiteró esta consigna en una reunión con los nuevos parlamentarios, en la que también participó su jefa y líder indiscutida de la formación y del grupo parlamentario, Marine Le Pen.
No obstante, hay evidencia de que algunos de los nuevos diputados del RN podría tener dificultades para mantener esta imagen irreprochable. Por ejemplo, Florencia Joubert, una flamante diputada, ha sido señalada por mensajes en redes sociales en los que despreciaba a los inmigrantes árabes. Además, René Lioret, otro diputado, ha sido criticado por comentarios despectivos sobre africanos y musulmanes y por su escepticismo sobre el cambio climático.
A pesar de las denuncias de la prensa durante la campaña, el RN solo retiró a algunos de los candidatos más controvertidos, como Ludivine Daoudi, que había posado con una gorra militar nazi, y Annie Bell, que había sido condenada en 1995 por una toma de rehenes a punta de fusil en la alcaldía de la localidad de Ernée.
Aunque el RN logró aumentar sus escaños en estas elecciones, pasando de 8 en 2017 a más de 120 ahora (143 si se suman sus aliados), una vez más no logró llegar al poder. La victoria fue para la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular. Tras esta derrota, el RN ha reconocido que tiene un problema con la selección de sus candidatos. La primera cabeza en rodar fue la de Gilles Pennelle, quien fue cesado como director general del RN.
A pesar de estos desafíos, Bardella ha prometido un «examen de conciencia» dentro del partido, y Le Pen no ha descartado sanciones futuras a los nuevos diputados controvertidos. Mientras tanto, Bardella se prepara para asumir la presidencia de Patriotas por Europa, la nueva familia política europea ultra que incluye al RN, al partido Fidesz del húngaro Viktor Orbán y a los eurodiputados de Vox, y que se ha convertido ya en la tercera fuerza en el Parlamento Europeo.