La prestigiosa revista Foreign Affairs, publicada por el Consejo de Relaciones Exteriores, uno de los think tanks más reconocidos del mundo, ha planteado una cuestión crucial en la celebración de la cumbre del 75º aniversario de la OTAN en Washington: ¿Cómo será el futuro de la alianza? Más de 40 expertos han respondido, con una mayoría mostrándose confiados en la supervivencia de la alianza, pero no tanto en el compromiso de los Estados Unidos, un socio fundamental en los tres cuartos de siglo de historia de la OTAN. Este compromiso parece estar en serio riesgo si Donald Trump regresa a la Casa Blanca tras las elecciones del 5 de noviembre.
En la cumbre de Washington, la cuestión principal que preocupa a los asistentes es el compromiso estadounidense con la OTAN. Sin embargo, en los discursos y comunicados, otras preocupaciones han salido a la luz. En particular, Ucrania ha ocupado un lugar destacado. La candidatura de Ucrania para unirse a la OTAN ha sido el motivo formal presentado por Putin para atacar al país. La cumbre busca proporcionar a Zelenski, presidente de Ucrania, todo el apoyo posible para disuadir a Rusia de continuar bombardeando territorio ucraniano, especialmente hospitales e infraestructuras civiles.
La OTAN planea instalar un representante permanente en Kiev y un mando militar en Alemania. Este es un primer paso en la dirección solicitada por Emmanuel Macron de considerar el envío de instructores militares a Ucrania. Además, se ha preparado un enorme paquete de ayuda financiera para establecer un mecanismo a prueba de Trump, es decir, irreversible incluso si Trump recupera el poder en las próximas elecciones.
Además de Ucrania, otro actor que espera resultados de Washington es Joe Biden. Actualmente cuestionado como candidato demócrata debido a sus dificultades expresivas y cognitivas, la cumbre puede resultar en su supervivencia o eliminación en la carrera electoral.
Por desgracia, pocos de los encuestados han mencionado el mayor peligro que se cierne sobre la OTAN. No es la retirada de Estados Unidos ni el reparto de los gastos de defensa lo que amenaza a la organización, sino la erosión de la credibilidad del artículo 5 del Tratado, un mecanismo sutil de disuasión basado en la potencia militar y nuclear del socio principal de la Alianza, Estados Unidos. Trump ya ha demostrado su capacidad para debilitar este mecanismo e invalidar el valor de la Alianza, devaluar la solicitud de ingreso de Ucrania y, por lo tanto, conceder la victoria a Putin.
Si esto ocurre, el futuro de la Alianza y, especialmente, del mecanismo de defensa mutua, quedaría en manos de los europeos, y en particular de Francia y el Reino Unido, las dos mayores potencias militares de Europa y las únicas de la Alianza que pueden proporcionar un paraguas nuclear. La OTAN sobrevivirá, pero será difícil reconocerla con Trump, Estados Unidos políticamente ausente, y su democracia en fase de eclipse.