La Unión Europea suspende la adhesión de Georgia debido a su giro autoritario y la adopción de leyes similares a las de Rusia | Internacional

EL PAÍS

El proceso de adhesión de Georgia a la Unión Europea ha sido suspendido de acuerdo con el anuncio realizado por el embajador de la UE en Georgia, Pawel Herczynski. Esta decisión se habría tomado durante el último Consejo Europeo, celebrado el 27 de junio, en respuesta a una serie de medidas llevadas a cabo por el partido gobernante, Sueño Georgiano. Este giro político de Georgia, que ha adoptado leyes represivas similares a las del Kremlin, ha llevado a la UE a congelar la entrega de un paquete de ayuda militar de 30 millones de euros a la antigua república soviética.

El inicio de las pláticas de la adhesión de Georgia a la Unión Europea se remonta a menos de siete meses atrás, cuando la UE comenzó a avanzar en la ampliación de tres nuevos miembros que compartían un denominador común: el rechazo del Kremlin a su acercamiento a Occidente. En aquel momento, se iniciaron conversaciones para la integración de Ucrania y Moldavia, y se designó a Georgia como país candidato.

No obstante, en los últimos meses, el gobierno de Georgia ha aprobado una serie de leyes inspiradas en la legislación rusa con el objetivo de sabotear el proceso de adhesión, pese a que este cuenta con el apoyo de aproximadamente el 80% de la población de Georgia. Los intentos de la Unión Europea de contrarrestar este giro represivo han sido infructuosos frente a un Ejecutivo que busca fortalecer su control del poder.

El partido Sueño Georgiano, fundado por el oligarca Bidzina Ivanishvili, quien tiene estrechos lazos con Moscú, ha impulsado una serie de leyes que han provocado protestas masivas en las calles de Tbilisi. Entre estas medidas se incluye una ley de agentes extranjeros de inspiración rusa que permite acosar a medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales que no sigan la línea oficial; y otra ley contra el colectivo LGBTI, muy similar a la del Kremlin, que prohíbe el matrimonio igualitario y las operaciones de cambio de sexo.

La posición de Ivanishvili es similar a la del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quien asumió la presidencia del Consejo de la UE el 1 de julio. Orbán, conocido por su postura euroescéptica y su cercanía a Vladímir Putin, ha sido un obstáculo importante para la ayuda europea a Ucrania frente a la invasión rusa.

La suspensión del proceso de adhesión de Georgia también ha llevado a la paralización de las ayudas al país, incluyendo un paquete de defensa. “La Unión Europea ha suspendido su apoyo de 30 millones de euros del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz”, anunció Herczynski, añadiendo que otras iniciativas “están siendo consideradas por si la situación se deteriora aún más”.

Este paquete de ayuda se aprobó en mayo de 2023 con el objetivo de “acelerar su integración operativa y su ajuste a los estándares de la Unión Europea”, e incluía armamento no letal y formación en logística, ingeniería y telecomunicaciones para Georgia, un país que libró una breve guerra en 2008 contra Rusia.

La postura de Georgia contrasta con la de la presidenta del país, Salomé Zurabishvili, electa en 2018, quien defiende la entrada en la Unión Europea. En este sentido, la esperanza de la oposición recae en las elecciones parlamentarias de octubre, aunque la desunión de sus partidos y el sistema georgiano, que premia con un control férreo del poder a la formación más votada, juegan en su contra.

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