Este año, en febrero, la conferencia anual de Seguridad de Munich presenció un acto desafiante por parte del régimen ruso. Alexei Navalny fue asesinado por Rusia, enviando un fuerte mensaje a la comunidad internacional especializada en Defensa. Esta semana, mientras 32 líderes mundiales se reunían en Washington para conmemorar el 75 aniversario de la OTAN, Rusia volvió a mostrar su audacia atacando un hospital infantil en Kiev, matando a más de 20 personas.
El ataque, lejos de las trincheras del Donbás, mostró claramente que el régimen ruso no tiene límites ni intenciones de frenar sus ambiciones imperiales. Mientras los aliados deliberaban sobre cómo ayudar a Kiev, Rusia demostró que no retrocedería, sin importar las consecuencias.
Paralelamente, el presidente ruso fue recibido con abrazos por el presidente indio, Narendra Modi. Ambos líderes celebraron un fuerte incremento en las compras de petróleo por parte de Nueva Delhi, ignorando las sanciones y las peticiones occidentales. Esta acción es una prueba más de la impunidad con la que Rusia ha estado actuando tanto en el campo de batalla como en la escena internacional.
La OTAN se reúne esta semana en este contexto. Con la llegada de las delegaciones el martes, varios discursos y paneles de expertos en política exterior y Defensa, y una cena privada con Joe Biden como anfitrión en el Andrew W. Mellon Auditorium. En esta cumbre no se esperan grandes decisiones, anuncios sorpresa ni sobresaltos. Sin embargo, todo lo que afecta a Kiev y a Rusia está en el centro de las discusiones.
«Ucrania es la primera prioridad, la segunda y la tercera», según fuentes diplomáticas aliadas. La situación ha cambiado drásticamente en poco tiempo y eso es evidente en Washington. Hace unos meses, la situación era sombría. Rusia, fortalecida con más armas y recursos, junto con la ayuda de Irán y Corea del Norte, estaba ganando terreno en el campo de batalla y destrozando las infraestructuras energéticas de Ucrania.
Ahora, la situación militar ha mejorado. El dinero y las armas, incluyendo drones y aviones, han comenzado a llegar a Ucrania. Europa ha desbloqueado el proceso de negociación para una futura adhesión. Rusia parece estancada y, según la inteligencia estadounidense, es improbable que Putin logre ganar más terreno durante el verano.
«La guerra de Rusia es la mayor crisis de seguridad en generaciones. Ucrania ha demostrado una valentía notable y los aliados han brindado un apoyo sin precedentes», dijo el secretario general en su intervención en el auditorio Mellon este martes.
A pesar de la situación actual, el desafío sigue siendo enorme. Con las elecciones estadounidenses de noviembre a la vista, las opciones de resistir disminuyen notablemente si Trump regresa a la Casa Blanca. Por ello, existe una urgencia por actuar ahora y fortalecer «el pilar europeo».
Europa, aunque distraída y absorta, y EEUU, aún más, se enfrentan a este desafío. Francia y Reino Unido con resaca electoral. Alemania con un canciller cuestionado y la ultraderecha en ascenso. Estonia a punto de perder a su primera ministra, nueva alta representante para la Política Exterior. Y la gran potencia cuestionndose la salud mental y física de su presidente, y con las encuestas anticipando un segundo mandato de Donald Trump, el factor más desestabilizante de la Alianza en los últimos 15 años.
En resumen, la OTAN no va a proporcionar a Zelenski los 100.000 millones de dólares que su secretario general quería, sino un 40% de esa cantidad como mucho. No se establecerá una fecha para su ingreso, pero quizás se incluya la promesa de ingreso futuro de manera «irreversible».