Estamos viviendo un importante cambio en la salud pública a nivel mundial a causa de la pandemia de COVID-19. Uno de los aspectos más preocupantes es el efecto que la pandemia ha tenido en la prevalencia de otras enfermedades, como la enfermedad neumocócica. Un estudio reciente publicado en la revista Journal of Infection ha analizado el impacto de la pandemia en la incidencia de esta enfermedad y ha explorado el posible beneficio de las nuevas vacunas conjugadas recientemente aprobadas para prevenir la aparición de nuevos serotipos emergentes.
La enfermedad neumocócica es causada por la bacteria Streptococcus pneumoniae o neumococo, que es la principal causa de las neumonías comunitarias de etiología bacteriana, así como de sepsis y meningitis. Según el estudio, durante los primeros dos años de la pandemia, hubo una disminución importante en los casos de enfermedad neumocócica gracias a la implementación de medidas no farmacológicas como el uso de mascarillas, el lavado de manos, el confinamiento y el distanciamiento social.
No obstante, con el levantamiento y la flexibilización de estas medidas, la enfermedad neumocócica ha repuntado, y actualmente existen niveles incluso superiores a los que había antes de la pandemia. El equipo de investigación, liderado por el investigador del CNM-ISCIII José Yuste, ha determinado que algunos serotipos de la bacteria han aumentado en prevalencia, entre ellos el serotipo 3, que está asociado con una mayor mortalidad y afecta principalmente a la población menor de 5 años y a personas adultas por encima de 65 años.
Otro serotipo que ha aumentado en prevalencia es el serotipo 4, que está ligado a infecciones en adultos jóvenes. Además, el serotipo 24F en población pediátrica, y el serotipo 8 en población adulta, siguen teniendo importancia en la incidencia de la enfermedad. El estudio también ha confirmado el aumento de casos causados por cepas invasivas de la bacteria, algunas de las cuales presentan altos niveles de resistencia a los antibióticos, lo que supone una importante preocupación para la salud pública.
El mismo equipo de investigación ya había advertido en 2022, en un estudio publicado en Lancet Microbe, del posible aumento de casos causados por cepas resistentes al principio de la pandemia. Además, otro estudio previo, publicado en Clinical Infectious Diseases con datos de los años 2009-2019, había permitido generar un mapa de la enfermedad neumocócica invasiva en España en la última década, señalando un aumento de casos.
Frente a este desafiante escenario, el equipo liderado por el doctor Yuste concluye que el uso de las nuevas vacunas conjugadas, con más espectro de protección y/o inmunogenicidad que las que había anteriormente y que se han autorizado recientemente en España, podrían ayudar a prevenir muchos de estos casos, incluyendo nuevos serotipos emergentes.
Es importante recordar que, en población adulta, la vacunación frente a neumococo no es estacional y que, por tanto, se puede administrar en cualquier momento del año; a diferencia de las vacunas contra la gripe, que al modificarse todos los años hay que administrarse cada año, la vacuna frente al neumococo se administra generalmente una sola vez en la vida.
En el estudio participaron investigadores e investigadoras de las Áreas de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) del CIBER-ISCIII, de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, y de diversas universidades y hospitales españoles. La investigación ha sido fundamental para comprender el impacto de la pandemia en la enfermedad neumocócica y para destacar la importancia de las nuevas vacunas en la prevención de la enfermedad.