El pasado miércoles, la plaza de la República de París se llenó de destacadas personalidades de la cultura francesa que se unieron para decir no a la ultraderecha, en la recta final antes de la segunda vuelta de las elecciones legislativas. Entre ellos, la laureada con el premio Nobel de Literatura, Annie Ernaux, quien a través de un vídeo, advirtió al público, “Nuestros descendientes nos juzgarán por nuestra decisión del domingo que viene”. Otras figuras destacadas como la actriz Judith Godrèche, líder del movimiento Me Too francés; el director Costa Gavras, famoso por su cine político de los setenta; los historiadores Pierre Rosanvallon y Patrick Boucheron; y el dj Étienne de Crécy, pionero del French Touch, también se unieron a la causa.
La cantante francesa más escuchada en el mundo, Aya Nakamura, conocida por ser la némesis de la extrema derecha, pidió el voto contra los ultras horas antes de la concentración. Pero la cultura francesa no es totalmente de izquierdas. A pesar de que no se declaran simpatizantes del partido, varios escritores e intelectuales franceses han estado promoviendo tesis similares a las del Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen en sus libros e intervenciones.
Según François Krug, periodista de investigación y autor de Réactions françaises, un ensayo sobre lo que él denomina “la extrema derecha literaria”, existe una conexión secreta con los ultras que esconden las trayectorias de algunos escritores conocidos. Aunque no se atrevan a decirlo públicamente, hay personalidades de la cultura que se sienten próximas a la extrema derecha.
Michel Houellebecq, posiblemente el escritor francés más leído en el mundo, es un claro ejemplo. Aunque nunca ha pedido el voto por Marine Le Pen, sus novelas contienen opiniones cercanas al ideario ultraderechista. Krug advierte que cuando alguien tan respetado como Houellebecq expresa esas ideas, hay electores que las dan por buenas.
En otro tiempo, actores como Alain Delon y Brigitte Bardot demostraron su simpatía por Le Pen padre. El nuevo (y joven) líder del RN, Jordan Bardella, pudo convencer a otra generación, pero nadie ha dado un paso adelante.
La socióloga Gisèle Sapiro, profesora en la EHESS (Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales) de París y autora de ¿Se puede separar la obra del autor?, advierte que si el RN llega al poder, podríamos entrar en una situación de acomodación, como diría Sartre.
El filósofo Alain de Benoist, cofundador en 1968 del Grupo de Investigación y Estudios para la Civilización Europea (GRECE, en sus siglas en francés), es uno de los teóricos de la Nueva Derecha, un think tank que aspiraba a “rearmar intelectualmente a la derecha en Francia” contra la hegemonía cultural de la izquierda.
Entre los escritores que han cambiado de bando se encuentran el filósofo Pierre-Henri Tavoillot, antiguo pensador de la izquierda intelectual Michel Onfray y el filósofo Alain Finkielkraut. Aunque niegan ser de derechas, estos personajes respetados logran que las ideas parecidas a las del RN se vuelvan legítimas.
A medida que se acercan las elecciones legislativas francesas, la tensión política se intensifica y se evidencia la división en la escena cultural francesa. Con los votos aún por decidir, solo el tiempo dirá qué camino tomará la cultura francesa en este importante evento político.