Hagamos un viaje atrás en el tiempo, hasta 2013 para ser precisos. Ese fue el año en que se reveló un coche que cambiaría el curso de la historia automovilística. Un vehículo que, hasta la fecha, sigue siendo una hazaña técnica y mantiene el reconocimiento de ser uno de los más grandes de todos los tiempos de Maranello. Estamos hablando, por supuesto, del Ferrari definitivo: LaFerrari.
LaFerrari, que se traduce literalmente como «El Ferrari», es un nombre que lleva consigo un peso considerable. Representa la cúspide de lo que la marca italiana podía alcanzar en su momento. Un desafío propuesto a sí mismos para superar todo lo que habían logrado hasta entonces, una tarea nada fácil teniendo en cuenta la grandeza de sus predecesores como el GTO, el F40, F50 y Enzo.
Sin embargo, LaFerrari no sólo cumplió con las expectativas, sino que las superó. Sigue siendo uno de los mejores Ferraris de todos los tiempos en términos de dinámica. Es un magnífico ejemplo de cómo la tecnología de vanguardia puede mejorar tanto el rendimiento como el placer de conducir. No es sólo su rendimiento lo que cautiva, sino también su diseño. Sus líneas son un auténtico placer para la vista.
LaFerrari era el último de un noble linaje de superdeportivos que recogía todo lo que la gente de Maranello había aprendido de las carreras y la carretera. La empresa logró combinar sus años de experiencia y conocimientos en un paquete que representaba la culminación de sus esfuerzos.
Pero LaFerrari no es sólo una maravilla en términos de diseño y rendimiento. También es una verdadera joya de la tecnología. Incluye una aerodinámica activa, el chasis de fibra de carbono más avanzado de su época y un sistema de propulsión híbrido KERS (Sistema de recuperación de energía cinética) al estilo de la Fórmula 1. Estas características le valieron para ser el Ferrari más rápido y potente hasta el momento, a la vez que lograba sentirse como un gran deportivo analógico, acompañado por los rugidos del estridente V12.
El sistema KERS se usó por primera vez en la F1 en 2009 y ayudó a Kimi Räikkönen a ganar el Gran Premio de Bélgica. En LaFerrari, este sistema proporciona 163CV directos a las ruedas traseras mediante el diferencial. A diferencia de muchos híbridos que pueden funcionar en modo eléctrico, la función del KERS era aumentar el rendimiento funcionando silenciosamente junto al V12 de 6.3 litros, 800CV y 9.000rpm.
Esto permitió alcanzar un desarrollo de 960CV en conjunto. Eso se traducía en una respuesta inmediata del acelerador y un suministro de potencia ininterrumpido. Con el motor eléctrico entregando potencia desde abajo de manera casi instantánea, el V12 de combustión podía alargar su rango de rpm y desarrollar esos de por sí bestiales 800CV atmosféricos.
Además, LaFerrari no sólo se destacó en términos de rendimiento y tecnología. También demostró ser superior a su predecesor en términos de rigidez y peso. Marcaba el 0-100 en menos de 3 segundos. En la pista de pruebas de Fiorano, era 5,2 segundos por vuelta más rápido que su predecesor, el Enzo. La estructura tenía un 27% más de rigidez torsional y también era un 20% más ligero.
Y eso no es todo. Además de ser el primer híbrido de Ferrari, LaFerrari también estrenaba la aerodinámica activa. El alerón trasero integrado se bajaba y se inclinaba según fuera necesario, pero la mayor parte de la magia aerodinámica tenía lugar debajo del automóvil, gracias a los deflectores de ajuste automático de los difusores delantero y trasero, y al álabe guía de los bajos del bastidor.
Todo esto contribuía a mejorar el rendimiento en las curvas y el frenado, la velocidad máxima y la capacidad de control y sensación del automóvil. Al mismo tiempo, la superficie superior podía quedar libre de grandes spoilers y otros complementos, logrando una estética Ferrari limpia y clásica.
Con la llegada de LaFerrari, comenzó el futuro electrificado de la Scuderia. Por eso, es uno de esos modelos de Ferrari que cambió todo hacia el presente que conocemos ahora. A pesar de que sólo se fabricaron 499 ejemplares, su influencia en el mundo de los superdeportivos es innegable. Y aunque los modelos actuales de Ferrari pueden ser incluso mejores en algunos aspectos, LaFerrari siempre ocupará un lugar especial en la historia de la marca.