El laborista Starmer gana una mayoría histórica, poniendo fin a la era conservadora en el Reino Unido | Internacional

EL PAÍS

El Partido Laborista está listo para volver al gobierno del Reino Unido después de 14 años en la oposición. El líder del partido, Keir Starmer, ha salido victorioso en las elecciones de este jueves, logrando una mayoría parlamentaria histórica. Este triunfo fue en gran parte debido al colapso del Partido Conservador.

La predicción de una victoria laborista se hizo evidente a través de las encuestas a pie de urna emitidas por las principales cadenas de televisión británicas. El recuento lento de los escaños a lo largo de la madrugada del viernes confirmó esta predicción. Para las seis de la mañana, horario peninsular español, el recuento de los diputados laboristas alcanzó la cifra mágica de 326, la mayoría en una Cámara de los Comunes de 650 escaños.

En base a los primeros datos reales, los laboristas podrían alcanzar más de 400 (hasta 405) representantes, según la nueva proyección de la BBC. Los conservadores, por su parte, perderían más de 200 representantes con respecto a los que obtuvieron en 2019, con un pronóstico de 154 escaños.

Starmer proclamó la victoria el viernes ante sus seguidores diciendo: “El cambio comienza ahora. Nos ha llevado cuatro años y medio renovar el Partido Laborista, y ahora está preparado para servir al país y para poner al Reino Unido al servicio de la clase trabajadora”.

La victoria laborista es la mayor ventaja que han logrado sobre los conservadores en número de escaños desde que Tony Blair lo hizo en 1997. Sin embargo, el abrumador resultado no oculta algunas preocupaciones. La participación fue casi ocho puntos porcentuales menor que hace cinco años, y el Reino Unido ha dejado definitivamente de ser un territorio bipartidista.

El populismo de derechas de Nigel Farage y su partido, Reform UK, han conseguido finalmente entrar en el Parlamento británico, con cuatro diputados. En muchas circunscripciones, han logrado ser la segunda fuerza más votada, por delante de los conservadores.

En contraste, los liberales-demócratas de Ed Davey, que han logrado 62 diputados, han conseguido recuperarse de su crisis histórica y convertirse en la tercera fuerza, en gran parte gracias a los apoyos arrebatados al Partido Conservador en el acaudalado sur de Inglaterra.

Rishi Sunak, el primer ministro conservador saliente, reconoció la derrota y anunció que renunciará a su puesto en las próximas horas y se lo comunicará al rey.

En Escocia, los independentistas del Partido Nacional Escocés (SNP) han sufrido por sus recientes escándalos financieros y los constantes cambios en su estrategia para celebrar un segundo referéndum de secesión. En 2019, enviaron hasta 48 diputados al Parlamento de Westminster, pero la proyección de la BBC apenas les otorga ahora seis.

Por otro lado, Starmer ha obtenido este jueves una mayoría lo suficientemente cómoda como para poder impulsar el “cambio” prometido en los carteles y discursos electorales. “Primero el país, segundo el partido. No es solo un eslogan. Es nuestro principio rector», ha anunciado Starmer.

Junto a su equipo de ministros en la sombra, Starmer ha trabajado para implementar las primeras medidas del nuevo gobierno. Entre sus cinco objetivos prioritarios se encuentran: devolver al país a la senda del crecimiento económico, reformar el Servicio Nacional de Salud (NHS), introducir mejoras en la policía y en el sistema penal, lograr una energía verde más asequible para los ciudadanos a través de una nueva compañía pública, Great British Energy; y una mejora general de las oportunidades vitales para todos los ciudadanos.

No obstante, el nuevo primer ministro del Reino Unido tendrá que enfrentarse a una serie de desafíos inmediatos. La mayoría de los votantes apoyan al Partido Laborista más con el deseo de destruir cuanto antes el legado conservador que por entusiasmo ante las propuestas de Starmer.

Por otro lado, Starmer y su ministra de Economía en la sombra, Rachel Reeves, han logrado transmitir a los empresarios y a los mercados una imagen de seriedad y responsabilidad fiscal.

El principal desafío del Gobierno entrante será la oleada de inmigrantes irregulares que siguen llegando a las costas del Reino Unido. Starmer ha prometido eliminar los planes de deportación a Ruanda, por ineficaces, y concentrarse en poner en marcha un nuevo Mando Conjunto de Control de Fronteras, que golpee con dureza a las mafias que trasladan a los inmigrantes.

Finalmente, Starmer ha prometido una mejora de las relaciones con la Unión Europea (UE), empezando por el refuerzo en la cooperación en materia de seguridad y defensa.

En resumen, el Partido Laborista ha logrado una victoria histórica en las elecciones del Reino Unido, marcando el inicio de una nueva era en la política británica. Sin embargo, el nuevo gobierno se enfrenta a una serie de desafíos importantes, a medida que busca implementar sus políticas y cumplir con sus promesas electorales.

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