Una visita no anunciada a Moscú por parte del primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha puesto en alerta a la Unión Europea. Orban se dirigió a la capital rusa poco después de su viaje sorpresa a Kiev, en una maniobra que ha generado especulaciones y críticas. No ha habido confirmación oficial del encuentro por parte del Kremlin ni de Budapest, pero el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha declarado rápidamente que Orban no actúa como mensajero de la Unión Europea.
Hungría, que recientemente asumió la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, «no tiene el mandato de dialogar con Rusia» en nombre del bloque comunitario, según Michel. El líder del Consejo Europeo se pronunció enérgicamente en un mensaje en la red social X: «La Presidencia rotatoria de la UE no tiene mandato para dialogar con Rusia en nombre de la UE. Rusia es el agresor, Ucrania es la víctima. No se pueden celebrar debates sobre Ucrania sin Ucrania».
Esta es una interrupción poco común por parte del presidente del Consejo Europeo o de la Comisión hacia la presidencia de turno, especialmente cuando Orban no ha especificado el propósito de su viaje, más allá de su participación en el foro este viernes y sábado en la cumbre informal de la Organización de Estados Turcos (OTS). Orban también planea reunirse bilateralmente con los líderes de los países de la OTS (Turquía, Uzbekistán, Turkmenistán, Kazajistán, Azerbaiyán y Kirguistán), según el jefe de prensa de Orban, Bertalan Havasi.
Orban, considerado el líder de la UE más cercano a Moscú, se reunió el martes pasado en Kiev con el presidente ucraniano, Volodmir Zelenski. Durante el encuentro, el primer ministro húngaro pidió a Zelenski que considere la posibilidad de negociar con Rusia un alto el fuego para «acelerar» las conversaciones de paz.
En su última reunión con Vladimir Putin en octubre pasado en Pekín en el foro Un cinturón, una ruta, Orban fue el único político de la UE presente. Esa última reunión fue interpretada de varias maneras por los analistas húngaros. Algunos argumentan que Orban cortejó a Putin, mientras que otros creen que el primer ministro le comunicó abiertamente que el nivel actual de relaciones no sería sostenible, en parte debido a las acciones de Moscú.
A lo largo de su mandato, Orban ha mantenido un enfoque de cooperación con Rusia en el ámbito de la energía y otros asuntos económicos a pesar de la guerra. Sin embargo, desde las elecciones al Parlamento Europeo, se han producido una serie de eventos que sugieren que Orban podría ceder ante sus críticos occidentales y cambiar su política hacia Rusia y los Estados Unidos.
Pero los analistas sugieren que Orban también se enfrenta a presiones significativas de Moscú, por lo que se encuentra en una posición precaria. El hecho de que el primer ministro se reúna con Putin unos días después de su visita a Kiev sugiere que sigue considerando importante mantener su política hacia Rusia, que sus críticos ven como claramente prorrusa.
Orban ha defendido reiteradamente sus relaciones con Rusia, argumentando que el diálogo es necesario incluso en tiempos de guerra y que Hungría no debe verse arrastrada a la guerra. Además, el gobierno húngaro destaca que el país depende en gran medida de Rusia en el sector energético y, por lo tanto, no tiene interés en empañar sus relaciones. De hecho, Orban ha hecho poco por reducir la dependencia de Rusia en los últimos 14 años, a pesar de que como líder de la oposición declaró que Hungría no debería convertirse en el cuartel más feliz de Gazprom.