En los últimos años, el mundo del almacenamiento ha presenciado un salto crucial, el paso de la memoria NAND Flash en 2D a la NAND Flash en 3D, un avance que ha resultado ser clave para el desarrollo y la creación de SSDs más baratos y de mayor capacidad. Este importante desarrollo no solo ha revolucionado el almacenamiento, sino que también se ha convertido en el estándar de la industria, con una evolución y mejoras constantes.
La memoria NAND Flash en 2D se integra horizontalmente, lo que significa que ocupa una gran cantidad de espacio en el PCB, complicando y encareciendo el diseño de las unidades de almacenamiento. En contraste, la memoria NAND Flash en 3D utiliza un apilamiento vertical, lo que reduce drásticamente el espacio necesario en el PCB, y simplifica el diseño de las unidades SSD, haciéndolas más baratas.
La memoria NAND Flash apilada en 3D puede ser de varios tipos, incluyendo SLC, MLC, TLC, QLC y PLC, y puede estar fabricada con un número variado de capas. Aquí radica la belleza del diseño: a más capas, mayor densidad de almacenamiento y, teóricamente, menor coste de fabricación. Los diseños de chips de memoria multicapa apilada en 3D ya han hecho posible la compra de SSDs muy baratos, y su evolución promete unidades aún más asequibles y de mayor capacidad en el futuro.
El próximo hito en el mundo del almacenamiento basado en memoria NAND Flash serán los diseños de 1.000 capas. Gigantes de la industria como Samsung y Kioxia ya han anunciado su intención de alcanzar este objetivo para 2030 y 2027, respectivamente. Para poner en perspectiva la magnitud de este logro, Kioxia está actualmente preparándose para utilizar chips de 218 capas.
A pesar de ser un objetivo ambicioso, la industria está dispuesta a dar un salto cuantitativo. Hablar de chips con 400 capas ya es impresionante, y Kioxia está dispuesta a elevar el listón aún más alto, apuntando a una densidad de 100 Gb por milímetro cuadrado. Hoy en día, la densidad oscila entre 20 y 30 Gb por milímetro cuadrado, un gran salto desde los 1 Gb por milímetro cuadrado de hace diez años.
El principal beneficio de alcanzar una memoria NAND Flash de 1.000 capas es la posibilidad de producir SSDs de hasta 20 TB de capacidad de almacenamiento a un precio aproximado de entre 300 y 350 euros. Aunque parece demasiado bueno para ser verdad, recordemos que hace diez años no habríamos imaginado la posibilidad de comprar un SSD de alto rendimiento con 1 TB de capacidad por 50 euros o menos.
La tecnología avanza a un ritmo acelerado, y con ella, lo que parecía imposible ayer puede ser fácil de conseguir hoy. Kioxia apunta a 2027 para lograr este objetivo, lo que sugiere que los cambios en el sector de los SSD podrían comenzar a notarse entre finales de ese año y mediados de 2028. El futuro del almacenamiento promete ser increíblemente emocionante, y solo podemos esperar para ver qué nos traerá.