En un mundo cada vez más dividido por conflictos y enfrentamientos geopolíticos, la importancia de regiones como Latinoamérica, que pueden actuar como puentes entre las potencias en disputa, se vuelve cada vez más crucial. Sin embargo, antes de que Latinoamérica pueda asumir este papel, debe abordar y resolver sus propios problemas internos, siendo la seguridad uno de los más críticos.
Durante el seminario «Los desafíos de la seguridad en América Latina», expertos de diferentes campos abogaron por una lucha más intensa contra el crimen transnacional y el narcotráfico. Este evento, organizado por Grupo Prisa, el editor de EL PAÍS, la Fundación Carolina y el Centro Internacional de Toledo para la Paz (CITpax), tuvo lugar en la Casa de América de Madrid.
Joseph Oughourlian, el presidente de Prisa, destacó la inseguridad como «el problema más grave que afecta a Latinoamérica». También hizo hincapié en el papel crucial que desempeña el periodismo en ayudar a la sociedad a romper el ciclo de violencia, subrayando la necesidad de un enfoque riguroso e intelectual en la cobertura de noticias.
Uno de los puntos destacados del seminario fue la conversación entre el expresidente colombiano y premio Nobel de la Paz en 2016, Juan Manuel Santos, y el exministro de Exteriores de Israel y vicepresidente de CITpax, Shlomo Ben Ami. La discusión fue moderada por Pepa Bueno, directora de EL PAÍS.
Santos destacó la necesidad de apoyar los elementos que promueven la seguridad desde la infancia, calificándolo como la «mejor inversión social para un país». También reflexionó sobre cómo su experiencia en el proceso de paz con la guerrilla de las FARC cambió su perspectiva sobre la violencia.
Ben Ami, por su parte, llevó la conversación a un plano más global, hablando del «colapso del orden mundial» posterior a la Guerra Fría. Criticó el sistema de globalización estadounidense y cómo, a pesar de introducir a muchos al bienestar, dejó a otros atrás, impulsando el surgimiento del populismo.
Ambos invitados acordaron que para que la lucha contra la violencia en Latinoamérica sea exitosa, es necesario encontrar un equilibrio entre la seguridad y el respeto a los derechos humanos.
Mariano Jabonero, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y Nathalie Alvarado, jefa del grupo de seguridad ciudadana del Banco Interamericano de Desarrollo, también participaron en el seminario. Jabonero señaló que la inseguridad «vertebra» toda América Latina, pero sus manifestaciones y causas varían enormemente. Alvarado, por su parte, compartió algunas soluciones que su organización ha implementado, como proyectos de reinserción en países como Panamá, Jamaica y Chile.
El seminario concluyó con un sentimiento de optimismo cauteloso. A pesar de los desafíos, la región tiene el potencial de resolver problemas globales y desempeñar un papel importante en la escena mundial. Sin embargo, la seguridad sigue siendo una preocupación crítica que debe abordarse para lograr estos objetivos.