En un ambiente de tensión internacional, la Unión Europea ha decidido avanzar con la imposición de aranceles a los automóviles eléctricos chinos, una medida que ha estado en el aire durante meses. En el corazón de la controversia se encuentran las acusaciones de subsidios injustos y una investigación de nueve meses llevada a cabo por la Comisión Europea. Según los informes, estos subsidios podrían afectar potencialmente a los fabricantes de automóviles eléctricos en Europa, lo que ha llevado a la UE a tomar medidas.
Es importante destacar que los aranceles no son definitivos. Estos aranceles son provisionales y estarán en vigor durante cuatro meses. Durante este tiempo, hay margen para continuar las negociaciones, cambiar cifras y, si es necesario, retroceder. En noviembre, se tomará una decisión final en Bruselas que podría estar en vigor durante al menos cinco años, aunque siempre se buscará una solución compatible con los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio.
La imposición de aranceles se suma al 10% ya existente y podría tener diferentes consecuencias en varios sectores. China ya ha amenazado con imponer aranceles a los vehículos con una cilindrada superior a 2.5 litros importados a sus territorios, una medida que afectaría principalmente a las importaciones alemanas. Países como España, que estaban a favor de los aranceles, también podrían verse afectados, especialmente en sus exportaciones de carne de cerdo y productos lácteos.
Estas medidas también afectarán a varias marcas importantes de automóviles eléctricos chinos. BYD, gracias a su cooperación en la investigación, recibirá el menor arancel con un 17,4%. Por otro lado, la no cooperación de SAIC se traduce en un arancel del 37,6% que afectará a los modelos de MG fabricados en China. Los modelos de Geely, que también incluyen modelos de Volvo fabricados en China, se verán afectados por un arancel del 19,9%.
Para aquellos fabricantes de automóviles eléctricos que producen en China para el mercado europeo y que han cooperado pero no se han sometido a pruebas, se les aplicará un arancel promedio del 20,8%. Sin embargo, aquellos que no hayan colaborado en la investigación de la Comisión Europea enfrentarán un arancel del 37,6%, lo que es ligeramente menos de lo inicialmente propuesto.
Las marcas internacionales también se verán afectadas por estas medidas. Tesla, que produce la variante de menor autonomía del Model Y en China, también recibirá su correspondiente arancel una vez que se llegue a la fase final en noviembre. Cualquier otra marca en la misma situación tiene derecho a solicitar una revisión acelerada para investigar su situación. Sin embargo, esta no es la situación más común, ya que muchos fabricantes occidentales, a menudo en alianza con una empresa local, fabrican en China para el mercado chino.
Estas medidas son un reflejo de las tensiones comerciales entre China y la Unión Europea y se producen en medio de preocupaciones sobre los subsidios injustos y el posible daño a los fabricantes de automóviles eléctricos europeos. Sin embargo, con la decisión final aún pendiente en noviembre, el futuro de los aranceles a los automóviles eléctricos chinos sigue siendo incierto.