El final de una era ha llegado para el icónico Volkswagen Polo. Después de más de cuatro décadas y varias generaciones, el último Polo ha salido de la cadena de montaje de la planta de Volkswagen en Landaben, Navarra. Este cierre marca el fin de una notable historia de fabricación que ha visto la producción de hasta 8.422.161 unidades del utilitario alemán en esta planta. El último modelo que ha salido de la línea de producción es un Polo azul en su variante Life con un motor 1.0 TSI de 95 CV y una caja de cambios manual de cinco velocidades.
Este movimiento de Volkswagen recuerda lo sucedido hace aproximadamente un año, cuando la fabricación del Ford Fiesta en Alemania llegó a su fin tras cerca de medio siglo de producción y después de haberse convertido en un referente de su segmento. Sin embargo, a diferencia del Fiesta, que dejó de producirse por completo para dar paso a la electrificación de Ford, el Polo simplemente cambiará de lugar de fabricación.
La fabricación del Polo continuará, pero se trasladará a Sudáfrica. El modelo seguirá produciéndose para el mercado europeo y otros mercados globales en la planta de Volkswagen en Kariega, Sudáfrica. Este cambio es comparable a lo que ocurrió con el Fiat 500, que dejó de fabricarse en Europa para centrar su producción en África y Oriente Medio, dando paso a una variante microhibridada basada en el Fiat 500e eléctrico.
El Polo dará paso a modelos eléctricos en la planta de Landaben, similar a lo que ocurrió con el Ford Fiesta. Se han confirmado dos modelos que se fabricarán en su lugar: un eléctrico de Volkswagen y otro de Skoda. Se espera que el modelo de Volkswagen sea uno de los futuros eléctricos pequeños y asequibles de la gama ID, que competirá con el futuro Renault Twingo, el Citroën ë-C3 y todos los rivales que provengan de China.
Además de estos dos modelos eléctricos, la planta de Landaben continuará con la fabricación del Volkswagen T-Cross, que utiliza la misma base del Polo pero en formato B-SUV. También se seguirá fabricando el Volkswagen Taigo, que comparte gran parte de su ADN con el Polo, al igual que lo hicieron en el pasado otros modelos muy populares en España, como los primeros SEAT Córdoba o los Ibiza de diferentes generaciones.
La producción del Polo ha sido fundamental para el crecimiento de Volkswagen en Navarra desde la generación original en 1984 hasta la actualidad. Como dato curioso, en esta planta se fabricaron las carrocerías de uno de los modelos más especiales del Polo: el Polo R WRC, con el que Volkswagen dominó el Campeonato Mundial de Rallyes entre 2013 y 2016, proporcionando sus primeros cuatro títulos a Sébastien Ogier y Julien Ingrassia.
La discontinuación de la producción del Polo en España es un hito en la historia automovilística del país. Durante más de 40 años, este vehículo ha sido una pieza clave en la carretera para muchos conductores. Sin embargo, aunque se cierra un capítulo, se abre otro. La transición hacia los vehículos eléctricos es una realidad y Volkswagen está preparada para asumir este reto. El legado del Polo continuará en Sudáfrica, mientras que la planta de Landaben se prepara para un futuro eléctrico.