El pasado día, la Región de Antofagasta, en Chile, experimentó un sismo de mediana intensidad que sacudió la zona a las 14:22 horas, según informó el Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred). El Centro Sismológico Nacional, que se encarga de monitorizar y reportar las actividades sísmicas en el país, indicó que el temblor tuvo una magnitud de 5,3 grados en la escala de Richter.
El epicentro del sismo se localizó a 57 kilómetros al este de Sierra Gorda, una comuna situada en la provincia de Antofagasta. Los sismos son fenómenos naturales que, debido a la ubicación geográfica de Chile, son bastante comunes en esta región. Sin embargo, a pesar de su frecuencia, cada movimiento telúrico es único y su impacto varía en función de aspectos como su magnitud, profundidad, distancia del epicentro y las condiciones geológicas de las zonas afectadas.
En esta ocasión, las intensidades del sismo, medidas en la escala de Mercalli, fueron bastante variadas en la Región de Antofagasta. Esta escala, a diferencia de la escala de Richter que mide la energía liberada por un terremoto, se utiliza para evaluar los efectos y daños causados por un sismo en las personas, edificios y la superficie de la Tierra.
En la comuna de San Pedro de Atacama, el temblor se sintió con una intensidad de grado IV, lo que se describe como un terremoto moderado, perceptible por casi todos, con sacudidas notables de muebles y vibraciones como el paso de camiones pesados. En las comunas de Antofagasta, Mejillones, Calama, Maria Elena y Sierra Gorda, la intensidad fue de grado III, lo que se considera un sismo débil a ligero, sentido dentro de las casas, pero raramente fuera. En Tocopilla, la intensidad fue de grado II, apenas perceptible, especialmente en los pisos superiores de los edificios.
Después de un sismo, una de las principales preocupaciones es la posibilidad de un tsunami. Estos fenómenos pueden ser generados por terremotos submarinos, que desplazan grandes volúmenes de agua. Sin embargo, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA), después de analizar las características del sismo, confirmó que no se reunían las condiciones necesarias para generar un tsunami en las costas de Chile.
El SHOA es la autoridad encargada de emitir y levantar las alertas de tsunami en Chile, basándose en los datos que recoge de distintas estaciones mareográficas y de la red sismológica nacional. Tras un terremoto, el SHOA realiza análisis técnicos para evaluar el riesgo de tsunami y, si es necesario, emitir las alertas correspondientes. En este caso, el organismo aclaró que el sismo no tenía las características para desencadenar un tsunami en las costas chilenas.
El sismo de mediana intensidad en la Región de Antofagasta, sin duda, ha recordado a los habitantes de la zona la importancia de estar preparados para estos eventos. Aunque el sismo no generó un tsunami, es fundamental tener en cuenta que Chile es uno de los países con mayor actividad sísmica del mundo, por lo que es crucial contar con planes de emergencia, mantenerse informados y seguir las recomendaciones de las autoridades en caso de un terremoto.
En este sentido, organismos como el Senapred y el Centro Sismológico Nacional desempeñan un papel fundamental en la prevención y respuesta ante desastres. A través de la monitorización constante de la actividad sísmica y la rápida divulgación de información, estos organismos contribuyen a minimizar los riesgos y a garantizar la seguridad de la población.