En la última década y media, Chile ha experimentado un notable incremento en su población migrante. Según la última Encuesta Casen, la inmigración en Chile ha crecido desde un 1% en 2006, al actual 8,8%, que equivale a cerca de 1,7 millones de personas.
Este 2024, el 8,8 por ciento de la población en Chile corresponde a migrantes, mostrando una tendencia creciente en la llegada de extranjeros al país. La subsecretaria de Evaluación Social, Paula Poblete, precisó que hace quince años, la probabilidad de encontrarse con una persona nacida fuera de Chile era muy baja. Sin embargo, con casi un 10% de la población siendo migrante actualmente, es mucho más común.
Además de proporcionar estadísticas sobre la creciente presencia de migrantes en Chile, la Encuesta Casen también arrojó luz sobre las características socioeconómicas de la población migrante. Aunque la población migrante en general tiene más años de escolaridad que la población promedio chilena, muchos de estos individuos no tienen acceso a trabajos acordes a sus competencias.
De la misma manera, a pesar de que la tasa de participación y ocupación laboral de los migrantes es más alta, se enfrentan a condiciones laborales más precarias, con una mayor proporción trabajando sin contrato. Esto apunta a la existencia de desafíos significativos en términos de inclusión laboral y protección de los derechos laborales de los migrantes.
En respuesta a estos desafíos, el director nacional del Servicio Nacional de Migraciones, Luis Thayer, valoró los esfuerzos del gobierno para implementar una política migratoria efectiva. Según Thayer, durante mucho tiempo hubo una ausencia del Estado en esta materia. Sin embargo, hoy, el país cuenta con una política y un plan de acción para la inclusión de las personas migrantes y la gestión de flujos migratorios.
Thayer también destacó la disminución en las denuncias por ingreso irregular, atribuyéndola a mejoras en el control fronterizo e infraestructura. Esto sugiere que las políticas migratorias del gobierno están comenzando a tener un efecto en la regulación de la inmigración.
En general, estos datos apuntan a una creciente importancia de los migrantes en la sociedad chilena. Sin embargo, también subrayan la necesidad de políticas efectivas para garantizar su inclusión y proteger sus derechos.
La creciente presencia de migrantes en Chile tiene implicaciones significativas para la sociedad y la economía del país. A medida que este grupo demográfico continúa creciendo, será cada vez más importante garantizar que se les ofrezca la oportunidad de contribuir plenamente a la sociedad, al tiempo que se protegen sus derechos y se asegura su bienestar.
La política migratoria efectiva mencionada por Thayer es un paso importante en esta dirección. Sin embargo, como lo demuestran las condiciones laborales precarias y la falta de acceso a trabajos acordes a las competencias de los migrantes, todavía queda mucho por hacer.
En este sentido, el aumento de la inmigración en Chile no sólo es un desafío, sino también una oportunidad. Al garantizar la inclusión y protección de los migrantes, Chile puede beneficiarse de la diversidad y las habilidades que estos individuos aportan, al tiempo que demuestra su compromiso con los derechos humanos y la justicia social.
En resumen, la inmigración en Chile está en aumento, y su gestión efectiva requerirá un equilibrio cuidadoso entre el control de la inmigración y la protección de los derechos de los migrantes. A medida que el país avanza hacia este objetivo, será esencial mantener un enfoque en la inclusión, la equidad y el respeto por los derechos humanos.