La minera francesa Eramet, a través de su filial Eramine, ha inaugurado su primera planta de litio en Salta, Argentina, después de más de una década de exploración y desarrollo de su propia tecnología productiva. La planta se encuentra en el Salar Centenario Ratones, un depósito ubicado a 4.000 metros de altitud en la provincia de Salta, en el norte de Argentina, donde la empresa ha informado de reservas de litio, a menudo denominado el oro blanco, de 15 millones de toneladas.
La planta, que ha requerido una inversión total de 800 millones de dólares y está asociada a la gigante china Tsingshan, inició sus operaciones este martes. Su producción, en un proceso en constante crecimiento denominado ramp-up, espera llegar a su máxima capacidad de 24 mil toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE) al año para mediados de 2025.
Este hito representa la entrada de Eramet en un nuevo mercado. Actualmente, la compañía es el primer productor mundial de manganeso de alta calidad, el cuarto en circón, el quinto en materias primas de titanio y posee la mayor planta productora de níquel del mundo en Indonesia. Este año, la empresa añadirá el litio a su cartera, en línea con su objetivo de convertirse en un referente en la transición energética.
Aunque la primera producción está programada para noviembre, esta es solo la primera fase planeada para su operación en Centenario Ratones. La segunda fase, que aún está pendiente de aprobaciones para permisos de construcción y de la definición del nuevo régimen fiscal para grandes proyectos, podría implicar la construcción de una segunda planta con capacidad para producir otras 30 mil toneladas de LCE al año.
El logro de Eramet ha sido posible gracias a la aplicación industrial de su tecnología de extracción directa (DLE), desarrollada durante 10 años y capaz de recuperar el 90% del litio. En Centenario, la concentración promedio de litio alcanza los 407 miligramos por cada litro (mg/L) de salmuera.
Para poner en perspectiva la producción de Eramet, sus 24 mil toneladas de LCE representan menos de la mitad de la producción de Albemarle en 2023 en el Salar de Atacama, en Chile, donde la concentración de litio supera los 1.500 mg/L y la producción superó las 50 mil toneladas. Por otro lado, es un 11,5% de lo que SQM espera producir este año (210 mil toneladas).
La puesta en marcha de la planta fue liderada por Christel Bories, CEO de Eramet, y John Li, vicepresidente de Tsingshan, quienes estuvieron acompañados por el gobernador local, Gustavo Sáenz, y por los ministros de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, y de Minería, Luis Lucero.
Bories destacó el gran logro de la compañía al construir una planta tan técnica en un salar remoto, a 4.000 metros de altura y en condiciones climáticas extremas. La planta comenzó como un proyecto de exploración llevado a cabo en la década de 2010, cuando el mercado del litio era pequeño y apenas emergía. Pero el equipo de Eramet descubrió y logró asegurar lo que hoy es uno de los depósitos más grandes del mundo.
Eramet está buscando seguir creciendo en el mercado del litio. En Argentina está explorando el Salar de Arizaro y en Chile ha adquirido 120 mil hectáreas de pertenencias mineras en la zona conocida como Siete Salares, donde ha invertido 95 millones de dólares.
En este contexto, Eramet criticó las demoras que ha sufrido Chile en los últimos años para expandir la industria del litio a nivel local. Bories enfatizó que hay muchos más proyectos en Argentina que en Chile en este momento y que probablemente hay una buena razón para ello.
A pesar de todo, Bories expresó su interés en el denominado «triángulo del litio» que conforman Chile, Bolivia y Argentina, y afirmó que seguirán desarrollando su negocio en Argentina y también en Chile.
Bories también destacó una serie de desafíos que la operación en Argentina enfrenta, como la construcción de infraestructura que permita exportar la producción por nuevas rutas, y aspectos regulatorios que son necesarios para la construcción de su segunda planta. Entre ellos, la aprobación del Régimen de Incentivo Para Grandes Inversiones, conocido como «RIGI», que mejoraría las condiciones económicas y de financiamiento de la segunda fase para Centenario, pero que ha generado incertidumbre en el frente fiscal debido a que el Congreso ha elevado el tope para las regalías mineras del 3% al 5%.
En este sentido, Bories advirtió sobre la necesidad de tener reglas estables para avanzar en el proyecto. «Lo que es realmente importante para cualquier inversionista, más allá de los incentivos, es la estabilidad. Cuando tomamos una decisión de inversión, sabemos cuáles son las reglas en el momento en que invertimos y hacemos nuestro plan de negocios con esas reglas. Cuando las reglas cambian, y cambian para peor, crea muchos problemas para los inversionistas», señaló.