El Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha identificado dificultades económicas dentro del país, incluyendo problemas con el crecimiento, inflación y la inversión. En una reunión reciente del Consejo de Ministros, el presidente y su equipo discutieron la situación actual y las medidas que se tomarán para mejorarla. Este tema crítico fue abordado con franqueza, especialmente en lo que respecta a los desafíos económicos del país.
Cuba está atravesando una situación económica complicada debido a diversos factores, entre ellos el bloqueo impuesto por Estados Unidos, condiciones internacionales adversas, deficiencias internas y el impacto financiero y comercial de estar etiquetados por Estados Unidos como una supuesta “promotora del terrorismo”. Además, la economía de la isla ha experimentado un crecimiento lento y problemas en la inversión. Todo esto ocurre en un contexto donde la isla se esfuerza por garantizar los derechos sociales de toda la población, lo cual implica un alto gasto del Estado.
El presidente Díaz-Canel abordó problemas como “los atrasos en la entrega de la canasta familiar normada; la inestabilidad en el Sistema Eléctrico Nacional; la inadecuada relación que en ocasiones se establece entre el sector estatal y no estatal, así como el incremento de los precios de manera desmedida, lo cual no siempre es producto de la oferta y la demanda, y es un asunto totalmente especulativo”. También mencionó problemas relacionados con la burocracia y el control ineficiente desde el sistema institucional, el cual está limitando el trabajo creativo y propiciando distorsiones no deseadas en la sociedad cubana.
La viceministra primera de Economía y Planificación, Mildrey Granadillo de la Torre, subrayó que las medidas a tomar buscan, en esencia, corregir desequilibrios macroeconómicos; incrementar la captación de divisas al país por diferentes vías y conceptos; incentivar la producción nacional, con énfasis en la producción de alimentos; y ordenar el funcionamiento de las formas de gestión no estatal.
Entre las acciones a tomar se incluyen ajustar el Plan y el Presupuesto 2024 a las condiciones de “economía de guerra”, reducir las partidas del Presupuesto con el objetivo de disminuir el déficit fiscal de 2024, y establecer una política de precios única que incluya tanto al sector estatal como al no estatal. También se implementarán regulaciones para acotar la ganancia en las compras de productos y pagos de servicios e insumos que realiza el sector estatal al no estatal, se fomentará el encadenamiento y no se cederán capacidades productivas.
A esto se suma la iniciación del proceso de elaboración del Plan de la Economía y del Presupuesto del Estado para 2025, a partir de la aprobación del Modelo Global y las Directivas de Gobierno concebidos para ese proceso; así como se avanzará en la implementación de un plan de acciones para solucionar los problemas existentes en el proceso de bancarización.
En este contexto, la viceministra de Finanzas y Precios, Lourdes Rodríguez Ruiz, anunció la aprobación de una norma para establecer, temporalmente, precios máximos a un grupo de productos de primera necesidad que son comercializados por las formas de gestión no estatal. Esta medida surge a partir de la necesidad de continuar los intercambios con los actores económicos, sobre las realidades que enfrentan en sus procesos de importación, transportación y comercialización, así como atender los estados de opinión de la población.
El Presidente Díaz-Canel enfatizó la necesidad de “lograr la estabilización macroeconómica que necesitamos, que es lo más importante en estos momentos”, y de controlar los gastos, especialmente los pagos excesivos que se realizan desde el sector estatal al no estatal o privado. El Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, indicó que las medidas que se asumirán tienen que ver con soluciones y proyecciones en la macroeconomía y “con impactos en asuntos sensibles para la población”.
En medio de estos desafíos, Díaz-Canel destacó la necesidad de seguir buscando respuestas a los problemas, demandas e insatisfacciones de la población y resaltó la existencia de “muy buenas experiencias de colectivos de trabajo que, con sus liderazgos, hacen las cosas distintas y salen adelante. Cada uno, entonces, que propicie que se puedan multiplicar, con la convicción de que aquí todos nosotros estamos para salvar la Revolución y para salvar el socialismo”.