Naseem Hamed, también conocido como “Prince” Naseem, es una figura emblemática e icónica en el universo del boxeo. Nacido el 12 de febrero de 1974 en Sheffield, Inglaterra, de padres yemeníes, Hamed es un emblema de talento innato y carisma desbordante que ha trascendido las fronteras del deporte y ha dejado una huella indeleble en la historia del boxeo.
Desde sus primeros días en el boxeo, Naseem Hamed mostró un estilo completamente diferente a lo que el mundo estaba acostumbrado. Con una guardia baja, movimientos rápidos y una confianza casi arrogante, Hamed revolucionó la categoría de peso pluma. Su habilidad para esquivar golpes y contraatacar con una precisión devastadora lo convirtió rápidamente en un boxeador temido y respetado.
Pero lo que realmente distinguía a Hamed era su espectacularidad dentro y fuera del ring. Sus entradas teatrales, a menudo con acrobacias y luces deslumbrantes, hicieron que cada una de sus peleas fuera un evento que los aficionados al boxeo esperaban con ansias. Alargaba sus entradas al ring y en muchas ocasiones desesperaba a sus rivales que tenían tragarse el espectáculo que montaba al entrar.
Su personalidad magnética atrajo tanto a fanáticos como a críticos, y ayudó a popularizar el boxeo en la década de 1990. Era un boxeador que enganchaba y atraía mucho público.
Hamed hizo su debut profesional en 1992 a la edad de 18 años y se retiró cuando tenía solamente 28 años. En tan solo cuatro años, ya había capturado su primer título mundial al vencer a Steve Robinson en 1995, convirtiéndose en el campeón de peso pluma de la OMB, el título FIB en 1997 y el CMB en 1999.
Logró marcar un impresionante récord de 36 victorias, 31 de ellas por nocaut, y solo una derrota. Durante su carrera, Hamed defendió su título mundial en múltiples ocasiones, enfrentándose a algunos de los nombres más reconocidos del boxeo, como Wilfredo Vázquez, Kevin Kelley y Manuel Medina. Su única derrota llegó en 2001 contra Marco Antonio Barrera, en una pelea que marcó su futuro.
Meses después de su derrota, se produjeron los atentados islamistas en Nueva York de las torres gemelas y la figura de Hamed indirectamente quedó dañada al ser un boxeador que tras sus victorias cogía el micrófono y gritaba en varias ocasiones el “Alá es Grande“.
Regresó en 2002 venciendo en Londres al español Manuel Calvo en lo que fue su última pelea. Se dice que Hamed no volvió a tener buenas ofertas para pelear en Estados Unidos al ser un boxeador muy reivindicativo con el islam en un clima en contra tras los atentados de Nueva York. Aunque la principal causa de su prematuro retiro es que se hizo multimillonario muy pronto y decidió dejar el boxeo con 28 años, tras un largo parón ya no tuvo la motivación para seguir boxeando y dejó el boxeo.
El impacto de Naseem Hamed en el boxeo es incuestionable. Su estilo único y su capacidad para entretener redefinieron lo que significaba ser un boxeador de élite. Fue una figura clave en la revitalización del interés por las categorías de peso más liviano, atrayendo a una nueva generación de aficionados al deporte.
Además de su habilidad en el ring, Hamed también se destacó por su capacidad para vender peleas. Sus conferencias de prensa eran espectáculos en sí mismas, llenas de declaraciones audaces y un sentido del humor mordaz. Esta combinación de talento y carisma lo convirtió en uno de los boxeadores más comercializables de su época. Era uno de los deportistas que más dinero generaba y un fenómeno de masas en Gran Bretaña.
Fuera del ring, Hamed también ha dejado una marca significativa. Tras retirarse del boxeo en 2002, se ha dedicado a diversas actividades filantrópicas y empresariales. Su influencia continúa viéndose en la nueva generación de boxeadores que han adoptado su estilo llamativo y su enfoque en el entretenimiento.
Naseem Hamed es una leyenda del boxeo cuya influencia perdura hasta hoy. Con un estilo inimitable, un carisma arrollador y una carrera llena de logros, Hamed dejó una huella imborrable en el mundo del deporte. Aunque su carrera fue relativamente corta, su impacto fue profundo, y su legado como uno de los grandes del boxeo está asegurado. En un deporte que a menudo se define por la brutalidad y la disciplina, Hamed trajo un toque de espectáculo y diversión que siempre será recordado.