El exdirector del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (INDH), Sergio Micco, defendió su gestión de tres años frente a la organización en una reciente entrevista matinal con Radio Duna. Su defensa llega tras las declaraciones de Lorena Fríes, diputada del Frente Amplio, primera directora del INDH y exsubsecretaria de Derechos Humanos, quien afirmó que el instituto se politizó durante su mandato.
Fríes, en una entrevista con El Mercurio, sostuvo que la politización del INDH ocurrió cuando Micco asumió como director. En respuesta, Micco planteó que «la política consiste justamente en custodiar, en este caso la democracia, evitar que enemigos externos la ataquen y, entonces, por definición el instituto es una institución política». El exdirector hizo hincapié en que la función principal del INDH es proteger y promover los derechos humanos, y por lo tanto, tiene una naturaleza política inherente.
Sin embargo, Micco también reconoció que “efectivamente se aumentó mucho el conflicto” durante su mandato, lo cual atribuyó tanto a un clima de polarización política sin precedentes en el país, como a que él fue el primer director del INDH que no era de izquierda. Según Micco, estos factores contribuyeron a la percepción de que el instituto se había vuelto partidista, es decir, que se había puesto al servicio de determinadas orientaciones ideológicas o partidistas.
En respuesta a las críticas, Micco propuso varias medidas para fortalecer la independencia y el pluralismo del organismo. Concretamente, sugirió que se debería «reforzar la autonomía» del INDH imponiendo restricciones a los directores para evitar que se unan al gobierno o se postulen para elecciones después de abandonar el cargo. Además, propuso reformar el consejo del INDH e impulsar la intervención del Congreso en su conformación para garantizar una mayor representatividad.
«Yo estoy convencido de que el instituto solamente va a ser de todos los chilenos y chilenas, va a ser así percibido, quiero decir, cuando haya una persona de centro derecha o derecha dirigiendo el instituto», comentó Micco, mencionando a Miguel Luis Amunátegui como una posible elección para el liderazgo tras la salida de Frías en julio de 2016.
Por otro lado, Micco valoró el planteamiento que hizo Consuelo Contreras, coincidiendo con lo que él manifestó en su momento al descartar que en el estallido social hubo violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Según él, estas acusaciones fueron usadas para intentar destituir al Presidente de la República a través de una acusación constitucional.
«Acá se quiso sacar a un Presidente de la República con una acusación constitucional diciendo que habían violaciones sistemáticas y generalizadas», sostuvo Micco, añadiendo que si realmente hubiera habido tales violaciones, ordenadas por el Presidente y ejecutadas por los Carabineros, el mandatario sería obviamente destituible. Sin embargo, él considera que estas eran declaraciones graves y sin fundamento.
En definitiva, la controversia en torno a la gestión de Sergio Micco como director del INDH pone de manifiesto el delicado equilibrio que estos organismos deben mantener entre su misión de proteger los derechos humanos y su necesidad de mantenerse independientes de las influencias políticas.