Von der Leyen inicia la lucha por los cargos en la UE con un plan para alcanzar la paridad de género | Elecciones Europeas 2024 | Noticias

EL PAÍS

La batalla por la distribución de carteras en la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE), ha comenzado. Los Estados miembros están buscando asegurar un buen puesto para sus comisarios en este tira y afloja por el poder. Muchos líderes ya han hecho peticiones a Ursula von der Leyen, quien aún necesita ser confirmada por el Parlamento Europeo para su reelección como presidenta. Estos líderes buscan una cartera con competencias económicas significativas. Este fue el precio que los jefes de Estado y de Gobierno solicitaron para nominarla y ayudarla con la disciplina de voto de sus partidos en el Parlamento Europeo.

Si logra superar la votación parlamentaria, que podría ser muy ajustada, Von der Leyen, la conservadora alemana, exigirá dos nombres por país, un hombre y una mujer, para lograr un mejor equilibrio de género en los nombramientos. Sin embargo, varios líderes ya se han negado a esta solicitud. Hasta ahora, la mayoría de los candidatos a comisario son hombres.

La tarea de Von der Leyen de cerrar este rompecabezas no será sencilla. Según una fuente comunitaria de alto nivel, ella ha estado prometiendo carteras similares a diferentes Estados miembros a cambio de su apoyo. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que se ha opuesto al proceso de negociación de la cúpula de la UE en el que las tres principales familias políticas -populares, socialdemócratas y liberales- la han aislado por pertenecer al grupo ultra, está negociando una vicepresidencia ejecutiva para Italia.

Meloni se abstuvo en la nominación de Von der Leyen la semana pasada en una cumbre de alto voltaje en Bruselas, mientras votaba en contra del socialista portugués António Costa para el Consejo Europeo y contra la primera ministra estonia, Kaja Kallas, como la nueva jefa de la diplomacia comunitaria. Esto fue para evitar ir directamente contra la presidenta de la Comisión, pero sí para manifestar su desacuerdo con el proceso de designación.

Algunos diplomáticos piensan que esta acción podría perjudicarla. Sin embargo, Von der Leyen ha estado cortejando a Meloni, a quien considera la ultraderecha aceptable, a diferencia del partido francés de Marine Le Pen o Alternativa para Alemania (AfD). Los eurodiputados del partido Hermanos de Italia, un partido con raíces neofascistas, podrían ser decisivos en la votación de confirmación de Von der Leyen. El apoyo de la líder italiana también podría marcar la diferencia en una legislatura que se prevé extremadamente tumultuosa y difícil. Además, Italia no solo es uno de los países fundadores de la UE, sino que también es la tercera economía del club comunitario.

La batalla por las carteras podría intensificarse aún más después de las elecciones legislativas adelantadas en Francia. Los sondeos muestran buenos resultados para la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional (RN) de Le Pen. Si los ultras logran formar Gobierno y se produce una cohabitación de un primer ministro de RN (el delfín de Le Pen, Jordan Bardella) con el presidente Emmanuel Macron, el choque por las competencias podría llegar a Bruselas con la nominación de su comisario.

En el Elíseo, advierten que la competencia es suya y Macron ha dicho que cree que Thierry Breton, que ha sido responsable de Mercado Interior desde 2019, debería repetir en el puesto. RN sostiene que la designación le correspondería al Gobierno: «Es prerrogativa del primer ministro», ha reivindicado Le Pen, que ya avista el puesto para su partido.

Entre los países que ya han elegido a su candidato a comisario está, por ejemplo, el letón Valdis Dombrovskis, actual vicepresidente de la Comisión, que ya lleva 10 años en cargos destacados en la capital y va a sumar cinco años más. Dombrovskis, también ex primer ministro de su país, conoce bien los entresijos del «gentil monstruo de Bruselas», como despectivamente llamó el intelectual alemán Hans Magnus Enzensberger al entramado institucional de la UE. Esto es de gran valor para un país pequeño como Letonia, que necesita que sus representantes sean hábiles para influir, dado su peso ligero. Un caso similar es el de Eslovaquia, con el veterano Maros Sefcovic.

La mayoría de los que ya se han presentado, con la excepción de España o Finlandia, son por ahora hombres. Esto podría dificultar a Von der Leyen la construcción del equilibrio que busca. Si es así, la alemana exigirá un cambio a los Estados miembros. Ya en 2019, cuando estaba construyendo el Ejecutivo comunitario, reclamó dos nombres a los líderes. Algunos hicieron caso omiso y otros enviaron dos, pero no de manera pública, para no quemar a los candidatos. Algunos colocaron, además, a un aspirante muy frágil como contraste a quien en realidad deseaban enviar.

España también debería enviar dos nombres, aunque la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que aspira a una vicepresidencia relacionada con energía y clima, tiene excelentes cartas por su perfil técnico, su conocimiento de las instituciones y los equilibrios de poder. Sin embargo, los temas que desempeñará, si finalmente es designada, vendrán condicionados, al menos, por dos elementos: la competencia entre Estados por estos departamentos y el propio programa de acción que vaya a confeccionar Von der Leyen para lograr el respaldo del Parlamento. En el primero, es evidente la concurrida carrera de aspirantes a este tipo de carteras de fuerte contenido económico. Lituania, Eslovenia, Francia, Irlanda, Italia o Chequia se cuentan entre los que se sabe que buscan esas competencias.

Finalmente, cabe resaltar que la fórmula que pide Von der Leyen ha sido rechazada por Irlanda, que ya ha dicho que no enviará dos candidatos. «En esta ocasión, respetuosamente y de acuerdo con los tratados, hemos tomado la decisión de enviar un nombre. Y lo hacemos porque enviaremos a nuestro ministro de Finanzas [Michael McGrath]», dijo el primer ministro irlandés, Simon Harris. Harris también quiere a McGrath en una cartera económica (sobre todo relacionada con Servicios Financieros). El Gobierno lo designa a él, que forma parte del partido Fianna Fáil, porque cuando se formó la coalición política que sostiene al Ejecutivo irlandés se acordó que la elección le correspondería a este grupo.

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