La situación política en Francia está en un punto crítico, en una encrucijada que podría definir el futuro del país. Las elecciones legislativas adelantadas por el presidente francés, cuyas razones específicas se desconocen pero que probablemente incluyen una combinación de orgullo y táctica, han llevado al país a un estado cercano al bloqueo político. Esta situación se prolongará durante un año hasta que, legalmente, se puedan convocar nuevas elecciones.
Este escenario político, aderezado con el proceso de polarización entre la extrema derecha y la izquierda, ha desgarrado a Francia. A pesar de que las elecciones en dos rondas suelen facilitar la formación de gobiernos mayoritarios, en este caso han dividido el país en dos, un fenómeno que hasta ahora había sido evitado gracias a la solidez del partido de Macron, el Ensemble.
El pronóstico del 10% de los votos para la derecha del partido Los Republicanos podría ser un factor decisivo en la confrontación de la segunda ronda de las elecciones. La elección de la segunda opción de este partido puede inclinarse hacia la Alianza Nacional (RN) de Le Pen o sumarse a los candidatos del Ensemble de Macron. Sin embargo, mucho dependerá de las opciones disponibles en cada distrito.
Para el presidente Macron, el desafío radica en muchos de los distritos no tripartitos, donde la elección de la segunda ronda se presentará entre los candidatos de los dos bloques más votados en la primera ronda: el RN o el Nuevo Frente Popular de izquierdas (NFP). La tendencia más probable es que se inclinen por el candidato de extrema derecha, especialmente dado que el cordón sanitario que anteriormente había alejado a una gran parte de la población de este partido ya no es efectivo.
La elección final dependerá de la fuerza relativa de aquellos que todavía mantienen este cordón sanitario. Si este se ha desvanecido por completo, podría terminar en una victoria del RN. Mucho también dependerá de las instrucciones que proporcionen los diferentes partidos ante la segunda ronda, especialmente en los distritos tripartitos, que han aumentado con el espectacular incremento de la participación.
Desde la perspectiva de un observador con acceso a información aún provisional, la hipótesis principal sería la del bloqueo. Sin embargo, no puede descartarse la posibilidad de una victoria del RN. La mayor incógnita es cómo Macron gestionará el gobierno con cualquiera de las dos opciones posibles.
El resultado de estas elecciones podría haber estado en los planes de Macron. Si este es el caso, ¿tiene alguna estrategia audaz que aún no podemos prever? Dado su carácter jupiterino, no sería sorprendente que tratara de convertir esta derrota en algo parecido a una victoria a largo plazo. Sin embargo, sólo el tiempo y los próximos movimientos políticos revelarán las verdaderas intenciones y estrategias del presidente francés.