Francia enfrenta el espectro de la extrema derecha: «No reconozco a mi país. Nuestros valores están en peligro»

Francia, ante el fantasma de la extrema derecha: "No reconozco a mi pas. Nuestros valores estn en juego"

Las calles de París están sumergidas en una atmósfera de tensión y conflicto político, particularmente visible en la escuela infantil de la calle Bruselas en el distrito 9. Los carteles electorales de todos los bandos políticos, desde la extrema derecha de Eric Zemmour hasta la izquierda unida bajo el Nuevo Frente Popular, han sido vandalizados con insultos y acusaciones.

Los ciudadanos se dirigen a las urnas en un clima de incertidumbre y ansiedad. Sylvie, una madre que espera a su hijo para votar juntos, expresa su preocupación por el futuro de su país. Según ella, Francia se encuentra en una situación caótica debido a las decisiones del presidente Emmanuel Macron, que considera que están llevando al país al caos.

Las elecciones legislativas en Francia están marcadas por la cantidad históricamente alta de candidatos que se presentan: 4.000 candidatos en 577 circunscripciones. La decisión de Macron de disolver la Asamblea y adelantar las elecciones surgió tras el triunfo del candidato de la extrema derecha, Jordan Bardella, en las elecciones europeas el pasado 9 de junio.

La política francesa ha experimentado importantes cambios en los últimos años. Según Sylvie, ya no hay partidos políticos en Francia, ni Los Republicanos ni el Partido Socialista. Los únicos que quedan son los extremos, lo que complica la gobernabilidad del país.

Desde la llegada al poder de Emmanuel Macron en 2017, los partidos centristas han perdido peso en favor de los extremos, con un auge tanto de la derecha de Marine Le Pen como de la izquierda de Jean-Luc Mélenchon.

La percepción de la ciudadanía sobre los extremos políticos también ha cambiado. Marine, una votante, opina que la extrema izquierda es ahora más peligrosa que la extrema derecha debido a su radicalización.

La importancia de estas elecciones se refleja en la alta participación, que no se veía desde los años 80. A las cinco de la tarde, la participación era del 59%, 20 puntos más que en las legislativas de 2022. Bertrand, otro votante, espera lo peor: su principal preocupación es qué hará la extrema derecha si llega al poder.

Anna, madre de dos niños pequeños, comparte la preocupación de Bertrand. Ella también teme que los valores franceses estén en peligro debido a la creciente influencia de Le Pen en sectores de la sociedad que antes eran impensables para su partido.

Las antiguas dinámicas electorales ya no funcionan en estas elecciones. No está claro si una alta participación beneficiará a la izquierda o al partido de Le Pen, y el cordón republicano, que hasta ahora evitaba que la extrema derecha llegara al poder, se ha debilitado.

Anna culpa a la extrema izquierda de romper el frente republicano con sus posturas radicales. Aunque afirma que el partido de Le Pen sigue siendo el mismo Frente Nacional fundado por su padre.

La decisión de Macron de disolver la Asamblea y convocar elecciones anticipadas ha dejado a muchos perplejos. Sylvie opina que la decisión de Macron de forzar elecciones anticipadas es una maniobra para no asumir la responsabilidad de su fracaso al gobernar.

A pesar de sus críticas a Macron, Sylvie ha decidido apoyar al diputado del bando presidencial, el primer ministro Gabriel Attal. Según ella, Attal es un político ejemplar y su liderazgo es lo que Francia necesita en estos tiempos de crisis.

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