En las últimas décadas, el mundo de las carreras de automóviles ha evolucionado significativamente. Si bien la mayoría de estos cambios son bienvenidos y han mejorado considerablemente la seguridad de los corredores, hay algunos aspectos que han provocado controversia y discusiones. Una de estas cuestiones es la de los ‘track limits’, es decir, cuando los vehículos de carrera sobrepasan los límites de la pista permitidos con el objetivo de ganar una ventaja ilegítima.
Esta problemática no es exclusiva de la Fórmula 1, sino que también se observa en otras categorías de carreras. La cuestión de los ‘track limits’ ha llegado a tal punto que los organizadores de los circuitos han tenido que tomar diferentes medidas para solucionarlo.
Para entender el origen de este problema, debemos remontarnos a finales del siglo XX. En aquellos tiempos, todos los circuitos tenían algo en común: una vez que se acababa el asfalto, había hierba y/o gravilla. Esto significaba que si un piloto cometía un error y se salía de la pista, se encontraba con la hierba o la gravilla, lo que generalmente resultaba en una pérdida de tiempo y, en algunos casos, en un accidente.
Sin embargo, todo cambió cuando el circuito Paul Ricard, ubicado en el sur de Francia, se convirtió en una instalación de prueba de alta tecnología. Para ello, se eliminó la gravilla y se convirtió todo el área en un mar de asfalto, lo que cambió por completo la dinámica de las carreras.
Indudablemente, el uso de escapatorias de asfalto ha aumentado la seguridad en las carreras. Al ser más abrasivo, el asfalto detiene mejor los vehículos y facilita la recuperación del control, evitando posibles choques contra las barreras. Sin embargo, esta característica también permite que los errores no se castiguen como antes, lo que ha llevado a abusos y a la violación de los ‘track limits’.
La implementación de estas escapatorias de asfalto se ha extendido a muchos circuitos de la FIA, mejorando la seguridad pero causando otros problemas. Un claro ejemplo de esto es el Gran Premio de Austria de 1999, cuando aún se llamaba A1 Ring y aún se podía escuchar el eco del antiguo Osterreichring. En aquel entonces, los enormes pianos y escapatorias de hoy en día eran algo impensable.
Los problemas con los ‘track limits’ no se limitan a las carreras de automóviles. También se observan en otras categorías, como la MotoGP, que cada vez se parece más a la Fórmula 1. También en categorías FIA como el Mundial de Resistencia. Un caso a destacar es el del Cadillac #2, en el que corría el español Álex Palou, que vio cómo se invalidaba la vuelta que le hubiera permitido salir segundo en las 24 Horas de Le Mans 2024.
Afortunadamente, después de años de quejas, parece que la FIA y los circuitos están reaccionando. En Spa-Francorchamps, se ha reemplazado el asfalto por una puzolana en la curva de La Source y se están realizando obras en la primera curva del circuito de Monza. En Red Bull Ring, se han colocado pequeñas tiras de puzolana en las dos últimas curvas.
Estos cambios son un paso en la dirección correcta, pero aún queda mucho por hacer. Aunque las escapatorias de asfalto han mejorado la seguridad, también han permitido que los pilotos asuman más riesgos e incluso realicen maniobras irresponsables, ya que ahora hay un margen de seguridad que no existía en el pasado. Además, está pendiente la cuestión de las ‘salchichas’ que han causado más de un susto en años recientes.
En resumen, el problema de los ‘track limits’ en las carreras de automóviles es un tema complejo que requiere de una solución equilibrada que garantice la seguridad de los pilotos sin permitir abusos que puedan afectar el espíritu deportivo de las competencias. La FIA y los circuitos deben seguir trabajando en esta dirección para mantener la emoción y la integridad de este deporte tan apasionante.