El paquete de Milei para «reformar al Estado de una vez y para siempre» recibe aprobación definitiva del Parlamento argentino

El Parlamento argentino aprueba definitivamente el paquete de Milei que "reformar al Estado de una vez y para siempre"

En un importante avance para el gobierno ultraliberal de Argentina, el Congreso argentino ha otorgado al presidente Javier Milei su primer triunfo legislativo al aprobar su paquete de reformas económicas en la madrugada del viernes. Sin embargo, vale la pena mencionar que la versión final del paquete fue reducida respecto a la versión original después de meses de intensos debates.

La aprobación de la «Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos» fue celebrada por la Oficina del Presidente de la República Argentina. Este logro legislativo se produjo después de una larga sesión de discusión en la Cámara de Diputados, que comenzó al mediodía (15.00 horas GMT) y culminó con la sanción de la norma por 148 votos a 107, incluyendo las modificaciones introducidas por el Senado en la llamada Ley Bases.

Es notable que la versión original del paquete de reformas fiscales fue mantenida, incluyendo la restitución del impuesto a las ganancias que afecta a los salarios. Con esta victoria legislativa, Milei consigue que se le deleguen facultades legislativas por un año, además de obtener incentivos a las grandes inversiones por 30 años, una flexibilización de la legislación laboral y la autorización para privatizar una decena de empresas públicas, entre otros puntos.

El jefe del bloque oficialista, Gabriel Bornoroni, en su discurso de cierre, afirmó que esta ley otorgaría al gobierno de Milei las herramientas necesarias para «reformar al Estado de una vez y para siempre«. Sin embargo, la aprobación de este paquete de reformas no fue un camino fácil, ya que tuvo que pasar por un tortuoso trámite que lo devolvió a la Cámara Baja como instancia revisora de las modificaciones.

El politólogo y economista Pablo Tigani declaró que la aprobación de la ley representa «un éxito total para el gobierno«, aunque advirtió que, en términos económicos, podría significar un retorno a las políticas de los años 1990 con desregulaciones y privatizaciones, lo que podría provocar un duro golpe a la industria y a la pequeña y mediana empresa nacional. Además, advirtió que las leyes pueden no tener mucho impacto en una situación económica y social ya explosiva.

Hugo Yasky, un diputado peronista, fue crítico con la ley, argumentando que favorece a los sectores del poder concentrado en Argentina, permitiendo que capitales extranjeros se apropien de los recursos naturales del país a cambio de nada y convirtiendo al país en «una guarida fiscal«.

Es importante destacar que Argentina se encuentra actualmente en una situación económica difícil, con una economía en recesión y una inflación del 280% anual a mayo. Además, el Producto Bruto Interno del país se contrajo un 5,1% en el primer trimestre del año y más de la mitad de su población vive en la pobreza.

La aprobación de la ley también supone nuevos desafíos políticos. Según el analista Carlos Germano, de la consultora Germano y Asociados, Milei tendrá que «priorizar la gestión«, lo que implicará ser un presidente más activo y dejar de lado el personaje que lo llevó a la presidencia.

La versión original de la Ley Bases, que Milei presentó como la base de su plan de gobierno, contenía más de 600 artículos. Sin embargo, tras un fracaso en su tratamiento en febrero, se redujo a 238 artículos que, además, fueron modificados en el Senado.

Para conseguir la aprobación, el gobierno tuvo que retirar de la lista de empresas a privatizar a Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina (RTA). También se sacrificó una reforma en el sistema previsional que hubiera eliminado una moratoria que beneficia a aquellos que, al llegar a la edad de retiro, no logran acreditar 30 años de aportes, en un país con casi la mitad de los trabajadores en la informalidad.

Las inmediaciones del Congreso fueron valladas en previsión de manifestaciones e incidentes, como los que ocurrieron durante el debate en el Senado hace dos semanas. Aunque esta vez no hubo manifestaciones numerosas frente al recinto, el Congreso deberá promulgar la ley para que entre en vigor, pero también puede vetarla total o parcialmente.

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