Mercedes-Benz ha anunciado cambios en sus planes de electrificación para el final de la década. La marca de lujo alemana, que había establecido metas ambiciosas en 2021, ahora parece que está adoptando un enfoque más cauteloso. Según las declaraciones de su actual CEO, Ola Källenius, la previsión es que el 50% de las ventas totales en 2030 sean de coches eléctricos, en lugar del 100%, a pesar de las fuertes inversiones realizadas por Mercedes-Benz y otros fabricantes europeos en la tecnología eléctrica.
Inicialmente, Mercedes-Benz había previsto que para 2025, sus ventas se dividirían equitativamente entre vehículos de combustión y vehículos eléctricos. Para 2030, la marca esperaba vender solo coches eléctricos. Sin embargo, a finales de 2023, Källenius insinuó que este objetivo podría no alcanzarse. Esta afirmación se produjo en un momento en el que la demanda de coches eléctricos comenzó a disminuir con el fin de los subsidios gubernamentales en varios países, incluyendo Alemania.
En la actualidad, los coches eléctricos representan solo el 11% del total de las ventas de Mercedes-Benz. Incluso cuando se añaden los híbridos a la mezcla, los vehículos de Mercedes-Benz que utilizan baterías representan solo el 19%, apenas una quinta parte del total. Como resultado, la marca planea realizar una inversión significativa en una nueva generación de vehículos con motores de combustión a partir de 2027, que serán precedidos por una versión restyling del actual Clase S W223. Esta inesperada inversión en motores de combustión ha hecho que las acciones de Mercedes suban un 5,9%, según Reuters.
Además de los desafíos internos, varios factores externos están obstaculizando la transición hacia los vehículos eléctricos. Entre ellos se incluye el crecimiento económico más lento en Europa y las tensiones económicas y geopolíticas entre Estados Unidos, Europa y China. Los cuellos de botella en la cadena de suministro, en particular con los sistemas de 48 voltios de Bosch, también han complicado la situación.
Mercedes-Benz no es la única marca que está reconsiderando su estrategia de electrificación. De hecho, Ford ha llegado a una conclusión similar y ha cambiado su estrategia en sus diversas plantas europeas. Mientras tanto, Renault y Geely continúan con sus planes conjuntos en Horse para desarrollar motores de combustión. Toyota, Subaru y Mazda también están siguiendo una trayectoria similar, buscando utilizar sus tecnologías para crear motores de combustión que minimicen la emisión de gases de efecto invernadero.