El sábado 29 de junio de 2024, Lala Latifa Hamú, madre del actual rey de Marruecos, Mohamed VI y viuda del ex monarca Hasán II, falleció en Rabat, según el comunicado oficial emitido por el portavoz del Palacio Real marroquí, Abdelhak El Merini. Lala Latifa Hamú, de ascendencia bereber y nacida en 1946, era una figura muy respetada y querida dentro del Reino de Marruecos, a pesar de su vida discreta y alejada de la atención pública.
El comunicado oficial sobre su fallecimiento fue leído por el portavoz del Palacio Real, Abdelhak El Merini, en la televisión pública marroquí. El portavoz anunció con “inmensa tristeza y profunda aflicción” la desaparición de Lala Latifa, deseando que Dios la tenga en su gloria. La noticia del fallecimiento de Lala Latifa ha dejado a la nación en estado de luto.
Lala Latifa se había trasladado a París luego de la muerte de su esposo, el rey Hasán II en 1999, y había estado lidiando con problemas de salud durante varios años. A pesar de las distancias, su hijo, el rey Mohamed VI, la visitaba con regularidad en la capital francesa. Tras la noticia de su fallecimiento, las emisoras de radio y televisión marroquíes suspendieron su programación habitual para emitir el Corán, una práctica común en países musulmanes cuando se produce una muerte significativa.
La difunta madre del rey, conocida por su discreción, nunca estuvo en el centro de la atención pública. A pesar de su bajo perfil, fue una figura muy respetada y querida en Marruecos. A lo largo de su vida, Lala Latifa se mantuvo fuera del foco público, sin aparecer nunca en una foto oficial durante el reinado de Hasán II. Sin embargo, a pesar de su reticencia a la exposición pública, se le otorgó el título de princesa, y no de reina.
Lala Latifa Hamú fue la segunda esposa de Hasán II, con quien tuvo cinco hijos: Lala Mariam, el actual rey Mohamed VI, Lala Asma, Lala Hasna y el príncipe Mulay Rachid. Hasán II no tuvo descendencia con su primera esposa.
El fallecimiento de Lala Latifa es un golpe para la familia real marroquí, así como para el pueblo de Marruecos. Aunque se mantuvo fuera de la vida pública, su influencia y su papel como matriarca de la familia real se hicieron sentir. Su muerte marca el fin de una era, dejando un vacío en la familia real y en el corazón de la nación.
El legado de Lala Latifa Hamú se extiende más allá de su propia vida. Aunque mantenía un perfil bajo, su influencia en la familia real y en la nación marroquí ha sido significativa. Su muerte es un recordatorio de la transitoriedad de la vida, pero su influencia perdurará en la memoria de aquellos que la conocieron y la amaron.