El desempeño fallido de Biden en el debate intensifica las demandas demócratas para un cambio de candidato | Elecciones EEUU

EL PAÍS

La campaña de reelección del actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se encuentra en una crisis profunda tras el primer debate de las elecciones presidenciales de 2024. Su desempeño en el debate dejó dudas significativas sobre su capacidad para afrontar un segundo mandato, alimentando las voces dentro del Partido Demócrata y los grupos progresistas que piden un recambio para enfrentar a Donald Trump en las urnas el 5 de noviembre.

El desempeño de Biden en el debate celebrado en Atlanta estuvo marcado por lapsus, titubeos y frases incompletas. Esto ha aumentado las dudas existentes sobre su idoneidad para el cargo, un sentimiento compartido por varias figuras prominentes dentro del Partido Demócrata, incluyendo a Ravi Gupta, miembro del equipo de campaña de Obama.

El dilema para el Partido Demócrata es si mantener a Biden, de 81 años, como su candidato, a pesar de las críticas, o buscar a un candidato alternativo de manera apresurada. Biden tiene los delegados necesarios para obtener la nominación en la Convención Nacional Demócrata, que se celebrará del 19 al 22 de agosto. Un reemplazo solo sería viable si Biden decide voluntariamente dar un paso al lado y se celebra una convención abierta.

El presidente, sin embargo, parece decidido a seguir en la batalla y recuperarse en el próximo debate con Trump, programado para el 10 de septiembre. Algunos demócratas tienen la esperanza de que alguien pueda convencer a Biden de que renuncie a la candidatura, incluyendo a la primera dama, sus colaboradores más cercanos, y los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton.

La falta de un candidato alternativo claro ha frenado siempre la posibilidad de recambio, pero vuelven a sonar nombres como los de la vicepresidenta, Kamala Harris; el gobernador de California, Gavin Newsom, o el de Pensilvania, Josh Shapiro, entre otros.

La presión también llega desde los medios y columnistas progresistas. “Hora de irse, Joe”, titulaba en The Atlantic Mark Leibovich. “Biden tiene que hacerse a un lado, por su propia dignidad, por el bien de su partido y por el futuro del país”, argumentaba. “Joe Biden es un buen hombre y un buen presidente. Debe retirarse de la carrera”, titulaba Thomas Friedman en The New York Times.

En medio de toda esta situación, Biden parece decidido a luchar por su reelección. En un mitin en Raleigh, Carolina del Norte, trató de calmar las críticas y remarcó su determinación para seguir adelante. “Sé que no soy un hombre joven, por decir algo obvio”, admitió. “Ya no camino con tanta soltura como antes. Ya no hablo tan fluidamente como antes. No debato tan bien como antes. Pero sé lo que sé: sé decir la verdad, sé distinguir el bien del mal, sé cómo hacer este trabajo, sé cómo hacer las cosas. Y sé lo que millones de americanos saben: cuando te derriban, te levantas”, subrayó.

A pesar de las críticas y preocupaciones, Biden cuenta con el apoyo de figuras importantes dentro del Partido Demócrata, incluyendo a su vicepresidenta, Kamala Harris, y su antecesor, Barack Obama. Ambos han expresado públicamente su respaldo a Biden, subrayando que una mala noche de debate no define la idoneidad de un candidato para la presidencia.

Las elecciones presidenciales de 2024 prometen ser un desafío para el Partido Demócrata y para Biden, quien tiene ante sí la tarea de recuperar la confianza de su partido y del electorado, en medio de una campaña que se perfila como una de las más competitivas en la historia reciente de los Estados Unidos.

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