El viernes pasado, Rusia lanzó una amenaza dirigida a las potencias occidentales, advirtiendo sobre una posible «confrontación directa» en respuesta a la «intensificación» de los vuelos de drones militares estadounidenses sobre el Mar Negro. Esta amenaza llega justo después de un reciente bombardeo ucraniano en la península de Crimea que Rusia anexó a su territorio.
Según Moscú, Estados Unidos y sus aliados se han convertido en parte del conflicto en Ucrania debido a la asistencia militar que proporcionan a Kiev y la autorización para emplear misiles de largo alcance contra territorio ruso. Los vuelos de drones estadounidenses sobre el Mar Negro, sostiene Rusia, «aumentan la probabilidad de incidentes en el espacio aéreo» con aviones rusos, elevando así el riesgo de una confrontación directa entre la Alianza Atlántica y la Federación de Rusia.
El Ministerio de Defensa ruso emitió un comunicado en el que atribuye la responsabilidad de cualquier confrontación a los países de la OTAN. El ministro de Defensa, Andri Belosov, ha ordenado al ejército «tomar medidas para responder rápidamente a las provocaciones».
El ministerio también ha denunciado un aumento en el número de «vehículos aéreos estratégicos no tripulados estadounidenses» sobre el Mar Negro y ha acusado a Washington de usar estos vuelos para ayudar a Ucrania a atacar objetivos rusos.
Estados Unidos y las potencias europeas, después de resistirse durante mucho tiempo por temor a provocar una escalada, han comenzado a autorizar a Kiev para usar, bajo ciertas condiciones, armas de precisión occidentales para destruir emplazamientos y sistemas utilizados para bombardear Ucrania desde territorio ruso.
El 24 de junio, Rusia amenazó a Estados Unidos con represalias tras un bombardeo ucraniano en Crimea, una península ucraniana que Rusia se anexó en 2014, que sirve de base de retaguardia al ejército ruso. El ataque dejó cuatro muertos, incluyendo dos niños, y más de 150 heridos, según Moscú.
Rusia informa que Ucrania utilizó misiles ATACMS en el ataque, y sostiene que el uso de este tipo de proyectiles requiere especialistas, tecnología y datos de la inteligencia estadounidense. El Pentágono, por su parte, afirmó que Ucrania toma «sus propias decisiones».
A principios de este mes, el presidente ruso, Vladimir Putin, amenazó con proporcionar armas equivalentes a los enemigos de las potencias occidentales para que ataquen sus intereses en otras regiones del mundo. La flota rusa tiene una superioridad numérica en el Mar Negro, pero ha perdido muchos buques en los últimos dos años debido a los ataques navales con drones lanzados por Kiev.
En el este de Ucrania, los combates continúan. Rusia reclamó la captura del pueblo de Rozdolivka, al norte de Bajmut. Un bombardeo ruso mató a cuatro civiles en la pequeña ciudad de Niu-York, también en el este, según las autoridades. Otros tres murieron en bombardeos en el noreste y el sur del país.
A pesar de los conflictos, las tropas rusas lograron su mayor avance territorial en 18 meses en mayo, con una gran ofensiva terrestre en la región de Jrkiv, en el noreste de la exrepública soviética. Sin embargo, según Kiev, las tropas ucranianas están ahora en mejor posición gracias a la llegada de municiones occidentales tras meses de bloqueo.
En el ámbito diplomático, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, anunció el viernes que está trabajando en un nuevo plan para poner fin al conflicto que comenzó en febrero de 2022. Zelenski tiene como objetivo que su plan sea «respaldado por la mayoría» de los países en el mundo. Sin embargo, al mismo tiempo, prometió seguir reforzando las capacidades militares de su país para imponer a Rusia una «paz justa».