La política británica ha estado recientemente en el centro de las controversias por los ofensivos comentarios racistas realizados por un voluntario de la campaña del partido Reform UK. El primer ministro Rishi Sunak, a quien se dirigió el ataque, ha expresado su indignación y dolor ante el incidente. Sunak fue objeto de ofensas racistas por parte de un individuo identificado como Andrew Parker, quien participaba en la campaña del Reform UK en Clacton, un distrito electoral en Essex.
Las palabras de Parker fueron captadas por una cámara oculta durante un programa del Canal 4 británico. En su discurso, Parker se refirió a Sunak como un «maldito paquistaní», un comentario que ha sido condenado enérgicamente por el público y los políticos por igual. Pero Parker no se detuvo allí. También lanzó un ataque contra los musulmanes, a quienes acusó de seguir «un culto repugnante». Parker sugirió que todas las mezquitas deberían ser reemplazadas por pubs y propuso una solución cruel e inhumana para el problema de la inmigración ilegal en el Canal de la Mancha.
La Policía de Essex está actualmente evaluando las palabras de Parker para determinar si constituyen una «ofensa penal». En respuesta a las acusaciones en su contra, Parker ha defendido sus palabras, argumentando que eran «los típicos comentarios que se hacen en un pub». Además, afirmó tener amigas musulmanas y se disculpó con el partido Reform UK por cualquier daño que sus comentarios personales pudieran haber causado a su reputación.
Sunak, por su parte, ha expresado su frustración y tristeza por el incidente, especialmente porque sus dos hijas tuvieron que escuchar los comentarios racistas y misóginos realizados por Parker. Sunak señaló que este incidente pone de manifiesto la cultura interna del partido Reform UK.
Keir Starmer, líder del Partido Laborista, quien hasta ahora había evitado hacer comentarios sobre Nigel Farage, líder del Reform UK, ha declarado que este incidente «claramente racista» es una prueba del liderazgo para Farage. Según Starmer, un líder debe garantizar que la cultura de su partido sea correcta y que todos la entiendan y respeten.
Nigel Farage, en respuesta a las críticas, condenó inicialmente las palabras de Parker como «espantosas», advirtiendo que cualquier individuo que haga tales comentarios sería expulsado de la campaña. Sin embargo, unas horas más tarde, Farage cambió de opinión y alegó que el programa del Canal 4 era «un montaje total» y que Parker era «un actor a sueldo».
La defensa de Farage ha sido refutada por un portavoz del Canal 4, quien afirmó que el equipo de televisión encontró a Parker en el cuartel general de Reform UK en Clacton. El portavoz defendió el periodismo imparcial y riguroso del Canal 4 y dejó que hablara por sí solo.
A pesar de la controversia, el partido Reform UK ha surgido como la tercera fuerza política en las elecciones británicas del 4 de julio, según las encuestas. En algunos sondeos, incluso ha superado al Partido Conservador, mientras que el Partido Laborista sigue a la cabeza con 20 puntos de ventaja. Sin embargo, este incidente plantea serias preguntas sobre la cultura y los valores de Reform UK, poniendo a prueba el liderazgo de Farage y su capacidad para manejar tales controversias.