Chile está atravesando un momento crucial en su industria de seguros de salud, específicamente en lo que respecta a las Instituciones de Salud Previsional (Isapres). Éstas deberán realizar ajustes significativos en todos sus planes el 1 de septiembre, de acuerdo con la tabla única de factores que dictó el fallo de la Corte Suprema en noviembre de 2022.
Además, el mismo día, las Isapres deberán ajustar todos los planes que tengan un valor por debajo de la cotización legal de salud, correspondiente al 7%. En este contexto, las aseguradoras privadas de salud están preparando su estrategia de pago y ajustes, con el fin de determinar cuánto les permitirá el regulador subir los planes de salud a todos sus afiliados. Sin embargo, el incremento no podrá superar el 10%.
Las Isapres se encuentran en medio de una crisis que amenaza la sostenibilidad de la industria, alegan sus representantes. El futuro de la industria dependerá de cuántos y qué tipo de afiliados decidan abandonar las aseguradoras debido al incremento de precios. Si la mayoría de los afiliados que abandonan el sistema son jóvenes, las Isapres podrían no conseguir el equilibrio financiero al que aspiran.
Lamentablemente, la fuga de afiliados de las Isapres no es un fenómeno reciente. Según las cifras publicadas por la Superintendencia de Salud en su sitio web, hasta mayo de este año, el número de afiliados ha seguido disminuyendo. En el quinto mes del año, los beneficiarios de las Isapres sumaban 2.634.821 personas, su menor nivel desde agosto de 2007.
Este número representa una disminución mensual del 0,65%, o 17.246 afiliados menos, el mayor retroceso mensual en lo que va de 2024. En los primeros cinco meses del año, las Isapres han perdido 80.925 afiliados, mientras que en doce meses acumulan una baja de 237.952 beneficiarios, un retroceso del 8,3%.
Esta fuga de beneficiarios se observa desde hace 52 meses. Desde febrero de 2020, solo se han registrado disminuciones interanuales de afiliados en las Isapres, completando más de cuatro años con la misma tendencia. Asimismo, ya se registran 28 descensos mensuales ininterrumpidos, desde enero de 2022.
En mayo, la Isapre que registró la mayor baja mensual de afiliados fue Cruz Blanca, con 6.038 beneficiarios menos respecto del mes anterior, totalizando 440.345 afiliados a mayo. Por su parte, Colmena anotó una caída de 4.750 beneficiarios, hasta 620.746. Luego se posicionaron Banmédica y Consalud: la primera con un retroceso de 3.327 afiliados, a 620.398, y la segunda con una baja de 3.296 beneficiarios, a 499.858. En tanto, Nueva Masvida anotó 885 afiliados menos, y Vida Tres registró un descenso de 340 beneficiarios. En cambio, Isapre Esencial incorporó 1.390 beneficiarios.
Desde el año 2020, las Isapres no han parado de perder afiliados. Pero el año 2023 fue excepcional, marcando varios récords nunca antes vistos. Según las cifras que reporta la Superintendencia de Salud en su sitio web, al cierre del año pasado el sistema terminó con 360.876 beneficiarios menos, la mayor fuga de la que hay registro en el sitio web del regulador hace más de dos décadas.
En 2023, salieron más del doble de beneficiarios que en 2022. En esos dos años se fueron 534.251 afiliados del sistema de Isapres abiertas. Y si se considera desde diciembre de 2019 hasta la fecha, teniendo en cuenta que desde ese entonces las aseguradoras privadas vienen perdiendo beneficiarios de manera consecutiva, se obtiene que han salido 710.691 personas del sistema.
Las Isapres atribuyen mayoritariamente la fuga de afiliados a la deteriorada situación económica del país, y estiman que, tal como ha ocurrido en episodios similares previos, una vez que mejore la situación económica se revertirán estas cifras de desafiliación.