La actuación del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el reciente debate televisado ha sido calificada como la peor de un candidato presidencial en los 64 años de historia de estos eventos. La ausencia de un teleprompter, un dispositivo que permite a los oradores leer sus discursos, pareció ser una dificultad clave para Biden. El día después del debate, sin embargo, Biden parecía estar en pleno control durante un mitin electoral en Raleigh, Carolina del Norte, gracias al uso de un teleprompter.
Esta diferencia dramática en la actuación de Biden ha generado preocupación dentro del Partido Demócrata. Muchos cuestionan si Biden puede manejar las exigencias de ser presidente del país más poderoso del mundo, particularmente sin la ayuda de un teleprompter durante reuniones con asesores y líderes extranjeros.
El desempeño de Biden en el debate ha sido descrito como un «desastre de dimensiones históricas». Según la cadena de televisión CNN, que organizó el debate, el 67% de los espectadores consideraron que el ex presidente Donald Trump fue el vencedor del debate, frente al 33% que pensaron que Biden tuvo mejor desempeño. Las implicaciones de este rendimiento son significativas, especialmente considerando los desafíos actuales que enfrenta el gobierno de Biden, incluyendo la invasión rusa de Ucrania, los ataques de Hamas a Israel y la invasión de islas de Filipinas por China.
Esta situación ha desencadenado lo que el Partido Demócrata quería evitar a toda costa: una frenética carrera para reemplazar al candidato a la Casa Blanca. Es una situación prácticamente sin precedentes históricos desde que el actual sistema de primarias comenzó a aplicarse hace 52 años.
Seth Schuster, uno de los asesores de Biden, insistió en que no había ningún problema, afirmando de manera categórica que Biden no renunciaría. Sin embargo, los rumores sugieren lo contrario. Según se informa, muchos empleados de la Casa Blanca optaron por trabajar desde casa el día después del debate, lo que algunos interpretan como un indicio de preocupación y la necesidad de libertad para comentar la situación.
Además, el periódico The Wall Street Journal informó que varios demócratas de peso estaban contactando a líderes del partido, incluyendo al líder del partido en el Senado, Chuck Schumer, la vicepresidenta Kamala Harris, y la esposa de Biden, Jill, para que persuadan a Biden a retirar su candidatura.
A pesar de estos informes, es poco probable que Biden se retire. Confía en un círculo muy estrecho de asesores, incluyendo a su esposa Jill. Durante un mitin en Raleigh, Carolina del Norte, Biden reconoció que su habilidad para hablar y debatir ha disminuido, pero prometió seguir luchando, afirmando su intención de ganar la reelección.
Juan Verde, un empresario de origen español y miembro del Consejo Presidencial para las Exportaciones, criticó el desempeño de Biden en el debate, calificándolo de «no óptimo». Aunque consideró que la situación era seria pero no grave, Verde advirtió que si Biden no logra mejorar sus índices de aprobación, podría encontrarse en una situación muy vulnerable.
En estos momentos, la posibilidad de un cambio en el ticket presidencial, ya sea reemplazando a Kamala Harris o incluso a Biden, parece poco probable. Pero si Biden no logra recuperarse en las encuestas, estas opciones podrían volverse más factibles. Verde, quien fue subsecretario de Comercio Adjunto en el primer mandato de Barack Obama, concluyó que «cada vez son más las voces de nuestro partido que exigen un cambio de rumbo importante».