La saga judicial de Julian Assange, fundador de Wikileaks, ha llegado a su fin en Saipán, con la magistrada Ramona Villagomez Manglona declarando: “Parece que este caso termina conmigo aquí en Saipán”. Assange ha recibido una sentencia que le permite regresar a su hogar en Australia tras llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos (EE.UU).
Assange ha admitido un único delito: violar la ley de espionaje de los EE.UU. La jueza, tras refrendar el acuerdo de libertad, expresó su deseo de que esta sentencia pudiera ayudar a restaurar cierta paz para Assange. Con esto, el fundador de Wikileaks no pasará más tiempo en prisión.
Tras despegar de las Islas Marianas (EE.UU), donde tuvo lugar la última vista, el vuelo charter VJT199 aterrizó en Canberra, Australia. Allí, se esperaba que Assange ofreciera una rueda de prensa, pero finalmente no asistió.
La esposa de Assange pide tiempo para el periodista
Stella Assange, esposa de Julian, expresó que su marido necesitaba tiempo para recuperarse. Agradeció a todas las personas que han estado apoyando a Julian durante estos años. «Sin su apoyo no se habrían dado las condiciones políticas para conseguir la liberación de Julian«, afirmó Stella.
Stella también pidió empatía para su esposo, así como espacio y privacidad para poder ser una familia y permitir a Julian recuperarse. La mujer del activista denunció que este caso es un ataque contra el periodismo, contra el derecho de la ciudadanía a saber, y que Julian no debería haber pasado ni un día en prisión.
Uno de los miembros del equipo de abogados de Assange afirmó que la causa contra Julian Assange ha terminado y que podrá volver a su vida. Reconocieron que las negociaciones han sido complicadas y que hubo momentos en que no parecía que se llegara a un acuerdo.
Delito de espionaje
Assange admitió su culpabilidad por un delito de espionaje basado en la conspiración para obtener y divulgar documentos secretos de los EE.UU. Entre las publicaciones más controvertidas de Wikileaks están un vídeo de 2010 que mostraba a soldados estadounidenses disparando a civiles en Irak y diversos escándalos sobre la guerra de Afganistán.
El periodista ha pasado más de cinco años en prisión desde el 11 de abril de 2019, recluido en condiciones extremas, aislado 23 horas al día en una celda de dos por tres metros. El delito de espionaje conlleva una pena máxima de diez años de cárcel y una multa de hasta 250.000 dólares, pero el acuerdo alcanzado pone a Assange en libertad con efecto inmediato.