A medida que el frío del invierno se apodera del hemisferio sur, una sombra de preocupación se extiende por Sudamérica y más allá. Un aumento en los casos y la letalidad de la temida «bacteria asesina» ha activado alarmas de salud en países como Chile, Argentina y Japón. En Perú, que también está en medio de su temporada de invierno, la preocupación se mantiene alta.
La «bacteria asesina», como se la conoce coloquialmente, es la Streptococcus pyogenes, una bacteria del Tipo A, según explicó el Director del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud (CDC Minsa), César Munayco. Este organismo diminuto ha existido entre los seres humanos durante mucho tiempo y ha sido uno de los principales causantes de enfermedades como la fiebre reumática y la fiebre escarlatina.
La bacteria Streptococcus pyogenes se encuentra comúnmente en la laringe y la nariz. Cuando una persona desarrolla influenza, puede entrar en contacto con este patógeno, que a su vez se vuelve más agresivo, llegando a causar neumonía.
El contagio de la «bacteria asesina» se produce principalmente por contacto directo con superficies infectadas o a través de secreciones nasales, saliva y gotas respiratorias. También es posible la transmisión por medio del contacto directo con heridas de una persona que esté infectada con la bacteria.
Los síntomas de una infección por la «bacteria asesina» pueden variar, pero comúnmente se relacionan con enfermedades respiratorias. Estos pueden incluir faringitis y amigdalitis, e incluso pueden afectar la piel.
Malestar general, dolor de garganta, fiebre y presencia de pus en las amígdalas son algunos de los signos más comunes de una infección por esta bacteria. Las heridas en la piel también pueden presentar necrosis.
«Las amígdalas se hinchan y presentan pus, lo que puede llevar a fiebre reumática si no se trata a tiempo, comprometiendo el corazón y otros órganos», detalla el director de la CDC del Minsa.
Además, según Munayco, esta bacteria es capaz de colonizar las fosas nasales y la región anal. La falta de higiene o una infección hospitalaria también pueden dar lugar a una infección por la «bacteria asesina».
Si no se trata a tiempo, esta infección puede tener consecuencias mortales, como la fascitis necrotizante, una afección donde se destruye el tejido debajo de la piel, o un shock séptico.
A pesar de ser denominada «bacteria asesina», es importante recordar que esta bacteria se encuentra en el 15% de la población mundial y también en Perú. Su nombre es más una referencia a su alta letalidad y propagación que a una amenaza inminente.
Sin embargo, el aumento de casos y la letalidad de la «bacteria asesina» en los países mencionados, así como la llegada de la temporada de invierno, son una preocupación internacional. La vigilancia constante y la atención médica adecuada son clave para prevenir y tratar esta afección.