Julian Assange, el fundador y antiguo líder de WikiLeaks, ha llegado a un acuerdo provisional con las autoridades de los Estados Unidos, marcando un posible fin a su larga y complicada odisea legal y política. Assange ha aceptado declararse culpable de haber violado la sección de la Ley de Espionaje de los Estados Unidos que prohíbe conspirar para obtener ilegalmente información relacionada con la defensa nacional. Según los términos del acuerdo, será sentenciado a cinco años de cárcel, una sentencia que ya ha cumplido en su totalidad durante su encarcelamiento en la prisión de máxima seguridad británica de Belmarsh.
El acuerdo fue alcanzado el lunes. Posteriormente, Assange embarcó en un vuelo privado desde el aeropuerto de Stansted en Londres hacia la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte, un territorio de los Estados Unidos en el Pacífico. El vuelo fue acompañado por el embajador australiano en el Reino Unido y marca un giro drástico en la vida de Assange, quien ha estado en el centro de un conflicto legal y político internacional durante años.
Assange eligió las Islas Marianas del Norte por su proximidad a su Australia natal y porque no forman parte del territorio continental estadounidense, lo que significa que el sistema legal de los Estados Unidos puede presentar más flexibilidad en este territorio. Esto es similar a casos como el de Guantánamo o los buques de guerra utilizados como prisiones de terroristas.
El preacuerdo entre la Fiscalía y Assange podría ser el fin de una historia de casi catorce años que combina elementos de una novela de espías, una biografía de un revolucionario y un absurdo político. Assange ha sido una figura polémica, y su vida podría haber sido llevada al cine por directores como Costa-Gavras, Gilo Pontecorvo o Berlanga, aunque finalmente fue Oliver Stone quien lo hizo.
A medida que WikiLeaks publicaba más y más documentos del Estado de los Estados Unidos, la presión policial sobre Assange aumentó. Originalmente, fue acusado de violación en Suecia, pero su verdadera preocupación era la Ley de Espionaje de los Estados Unidos, que podría haberle condenado a cadena perpetua o incluso a la pena de muerte.
La irritación de Washington se derivó del hecho de que WikiLeaks, aunque se presentaba como una organización sin ideología, apenas publicó documentos sobre las violaciones de los Derechos Humanos en China o Rusia. La mayoría de las informaciones que WikiLeaks publicó fueron acerca de los Estados Unidos.
Assange pasó más de siete años viviendo en la embajada de Ecuador en Gran Bretaña con estatus de refugiado político. Durante este tiempo, recibió la visita y solidaridad de figuras públicas tan distantes de la libertad de expresión como la ex modelo de Playboy Pamela Anderson. También encontró tiempo para tuitear en favor de la independencia de Cataluña en 2017, durante la crisis institucional provocada por la decisión del gobierno de Puigdemont de proclamar la secesión. Estas acciones desmontaron en gran medida su imagen de periodista objetivo y lo transformaron en un activista antisistema.