El presidente de Kenia, William Ruto, anunció este miércoles la retirada del proyecto de ley de finanzas que incluía una importante subida de impuestos y cuya aprobación parlamentaria provocó el día anterior graves protestas en Nairobi. Las movilizaciones resultaron en 23 muertes por heridas de bala, según fuentes médicas, y el asalto al Parlamento, que fue incendiado y se quemó parcialmente.
La decisión de Ruto de retirar el proyecto de ley sigue a una serie de protestas violentas que estallaron en todo el país en respuesta a la aprobación de la ley. Las protestas culminaron el martes con decenas de miles de ciudadanos que salieron a las calles de Nairobi para expresar su descontento con la aprobación de la ley. El asalto al Parlamento y la violenta represión policial que siguió dejaron un saldo de 23 muertos y cientos de heridos.
El Grupo de Trabajo para las Reformas Policiales, que agrupa a una treintena de asociaciones, entre ellas Amnistía Internacional, ofrece la misma cifra de fallecidos, 23, y asegura que hay también 300 heridos, 50 detenidos y 22 personas supuestamente secuestradas por las propias fuerzas del orden.
El presidente Ruto declaró en un discurso televisado que había escuchado al pueblo de Kenia y que había decidido ceder a sus demandas. «Habiendo escuchado con atención al pueblo de Kenia, que ha dicho muy claramente que no quiere tener nada que ver con este proyecto de ley, he decidido ceder. Por lo tanto, no voy a firmar dicho proyecto y posteriormente será retirado», declaró.
Ruto hizo este anuncio rodeado de los diputados de la mayoría gubernamental que el martes había votado a favor de la norma. Según Ruto, la decisión de retirar el proyecto de ley fue una decisión compartida con ellos. «Gestiono un Gobierno, pero también lidero a un pueblo y ese pueblo ha hablado (…) Tras la aprobación del proyecto de ley, el país experimentó expresiones generalizadas de descontento con la forma en que fue aprobado, lo que lamentablemente tuvo como resultado la pérdida de vidas, la destrucción de propiedades y la profanación de instituciones constitucionales», lamentó.
En su discurso a la nación, Ruto también destacó los logros de su gobierno en términos de reducción de los precios de ciertos productos, reducción de la deuda externa y fortalecimiento de la moneda. Según Ruto, la subida de impuestos prevista en la ley de finanzas tenía como objetivo mejorar la agricultura, la sanidad pública y la educación.
La retirada del proyecto de ley de finanzas significa que el gobierno keniano tendrá que buscar otras formas de financiar sus programas de gasto. «Dado que hemos dejado a un lado esta ley, es necesario que tengamos una conversación como nación que avanza sobre cómo vamos a gestionar juntos los asuntos del país, la deuda, el presupuesto y su déficit», añadió Ruto en tono solemne.
Ruto también prometió encuentros con los jóvenes para escuchar sus propuestas y anunció medidas de austeridad para su gobierno, «comenzando por la Presidencia».
La polémica ley de finanzas, ahora retirada, fue presentada al Parlamento a principios de mayo e incluía una subida generalizada de impuestos. Entre los más cuestionados estaba el incremento del 5% de las tasas que gravan las transferencias bancarias y pagos a través del teléfono móvil, una subida del 16% al impuesto sobre el pan y del 25% al aceite vegetal, un cargo adicional del 2,75% para los asalariados inscritos en el plan nacional de seguro médico y un impuesto anual del 2,5% para los vehículos de motor. Asimismo, daba carta blanca al gobierno para intervenir cuentas bancarias y de dinero móvil para obligar al pago de dichos impuestos.
El creciente descontento popular con estas medidas se transformó en protestas generalizadas desde la semana pasada. El martes 18, dada la dimensión de las mismas, el Parlamento retiró la subida de los impuestos sobre el pan, el petróleo, los vehículos y las transacciones financieras, incluidos los pagos de dinero móvil, y redujo las tasas sobre el seguro médico y de vivienda para los asalariados. Pese a ello, tanto la oposición como los manifestantes siguieron exigiendo la retirada total de la medida en una espiral de protestas que concluyó este martes con el asalto al Parlamento y la violenta respuesta policial, que incluyó el uso de munición real.