El miércoles 26 de junio de 2024, Mark Rutte, el primer ministro en funciones de los Países Bajos, fue elegido para asumir el cargo de Secretario General de la OTAN. Esta decisión fue tomada después de que el Consejo del Atlántico Norte diera su aprobación definitiva. Rutte tomará el puesto el 1 de octubre, sucediendo a Jens Stoltenberg, quien ha liderado la Alianza Atlántica durante la última década.
Stoltenberg celebró la elección de Rutte como su sucesor, describiéndolo como un «verdadero transatlántico, un líder fuerte y un constructor de consenso». En un mensaje en las redes sociales, Stoltenberg expresó su confianza en que la OTAN estaría en buenas manos bajo el liderazgo de Rutte.
La candidatura de Rutte fue respaldada por varios países, incluidos Alemania, España, Francia y, especialmente, Estados Unidos. Sin embargo, su camino hacia el liderazgo de la OTAN no estuvo exento de obstáculos. Viktor Orban, el primer ministro de Hungría, mantuvo en vilo el futuro de Rutte durante meses, levantando finalmente su veto después de obtener compromisos de que su país no enviaría tropas a Ucrania ni participaría en el envío de armas a dicho país.
En medio de esta incertidumbre, el presidente rumano, Klaus Ihoannis, también se postuló para el cargo de Secretario General de la OTAN. Sin embargo, retiró su candidatura después de darse cuenta de que contaba con poco apoyo entre los demás aliados. Esta acción fue vista como una declaración de intenciones de la Europa del Este, que se siente infrarrepresentada tanto en la OTAN como en la UE.
Otro candidato potencial fue Kaja Kallas, la primera ministra de Estonia. Sin embargo, muchos países la consideraban demasiado agresiva con Rusia, por lo que nunca presentó formalmente su candidatura. Se espera que Kallas asuma el cargo de Alta Representante de Asuntos Exteriores de la UE.
Durante su tiempo como líder de los Países Bajos, Rutte ha demostrado ser un hábil constructor de consensos, tanto en La Haya como en Bruselas. Esta habilidad será fundamental para liderar la OTAN, la mayor organización de defensa del mundo, en un momento de creciente tensión y desafíos. El canciller alemán, Olaf Scholz, destacó la «experiencia, conocimientos y habilidades diplomáticas» de Rutte.
Rutte ha demostrado ser un firme crítico de Rusia y ha sido proactivo en su apoyo a Ucrania, liderando el entrenamiento de soldados ucranianos y donando aviones de combate F-16. Estas acciones han jugado un papel importante en convencer a Estados Unidos, el país que tiene más influencia en la OTAN.
Uno de los principales desafíos que Rutte enfrentará en su nuevo cargo es la guerra en Ucrania. Las tropas ucranianas, lideradas por Volodimir Zelenski, están en una situación difícil y están ansiosas por recibir sistemas de defensa aérea. Al mismo tiempo, Rusia ha estado atacando las infraestructuras energéticas de Ucrania, lo que anticipa un invierno complicado.
Rutte también tendrá que lidiar con la posibilidad de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de noviembre. Trump ha sido un crítico de la OTAN y durante su primer mandato puso en duda el sagrado Artículo 5, la cláusula de defensa colectiva de la OTAN. Además, Rutte tendrá que manejar la creciente presión para que los 32 aliados de la OTAN no solo cumplan, sino que superen, el objetivo establecido en la cumbre de Gales de destinar el 2% de su Producto Interior Bruto (PIB) en gastos de seguridad y defensa.