El Gobierno de Alemania, encabezado por el canciller Olaf Scholz, ha anunciado una serie de medidas destinadas a combatir los mensajes de odio en internet, especialmente aquellos que glorifican actos terroristas. Este anuncio se produce en el contexto de varios incidentes recientes que han conmocionado a la sociedad alemana, incluyendo el ataque de Hamás a Israel el 9 de octubre y un atentado a cuchilladas en un acto crítico con el Islam en la ciudad alemana de Mannheim, en el que un afgano asesinó a un agente de policía.
El plan del gobierno alemán es implementar estas medidas como parte de un paquete más amplio destinado a modificar las leyes de migración y residencia del país. En particular, el gobierno busca endurecer estas leyes para facilitar la deportación de quienes cometan delitos o glorifiquen actos terroristas a sus países de origen.
La ministra del Interior, Nancy Faeser, declaró: “Estamos tomando medidas duras contra los delitos de odio islamistas y antisemitas en internet”. Agregó que cualquier persona que no tenga pasaporte alemán y glorifique un acto terrorista debería, siempre que sea posible, ser expulsada.
Este endurecimiento de las leyes forma parte de un proyecto de ley que ha sido aprobado por el Ejecutivo de coalición, compuesto por socialdemócratas, verdes y liberales. La ley tiene como objetivo facilitar las deportaciones de quienes promuevan o simplemente alaben actos terroristas, ya sea en protestas callejeras o en manifestaciones escritas. No será necesaria una condena penal previa para proceder con la deportación, según un portavoz del Ministerio del Interior.
El gobierno alemán espera que el proyecto de ley sea aprobado rápidamente por el Bundestag (Cámara baja del Parlamento) para que entre en vigor lo antes posible. Scholz anunció a principios de mes el endurecimiento de las leyes de deportación después del asesinato del agente de policía en Mannheim, un suceso que conmocionó a la sociedad alemana y avivó el debate sobre la expulsión de extranjeros que no tienen derecho a permanecer en el país, pero que no llegan a ser deportados.
Scholz aseguró que su gobierno estaba preparando cambios legislativos para permitir enviar más rápidamente a delincuentes y “personas peligrosas” a sus países de origen, incluso en el caso de lugares que no se consideran seguros, como Afganistán o Siria. Esta decisión causó polémica, ya que hasta ahora Alemania sigue al pie de la letra la legislación internacional, según la cual no se puede deportar a zonas de guerra ni si los afectados están amenazados de tortura, muerte u otro tipo de maltrato en su país. Estas estipulaciones se encuentran tanto en la Constitución alemana como en la Convención de Ginebra sobre el estatuto de los refugiados.
Este endurecimiento de las leyes de asilo y deportación se produce en un momento en el que el partido ultraderechista y antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD) está en auge y la preocupación por la inmigración y la seguridad en Alemania está creciendo. Los presidentes de los Estados federados, que son los encargados de gestionar las deportaciones de los inmigrantes irregulares, llevan tiempo presionando para endurecer las leyes que permiten las expulsiones. La oposición conservadora también ha exigido mano dura.
La ministra Faeser explicó que glorificar actos de terrorismo a través de comentarios en internet “fomenta un clima de violencia que puede animar a los extremistas a cometer nuevos actos violentos”. Según su ministerio, la apología de delitos terroristas constituirá “un motivo especialmente grave de deportación”. Esto incluye que se “condonen, acojan con satisfacción o glorifiquen” estos actos.