El mundo de la publicidad automotriz es un escenario vibrante y dinámico, donde algunos anuncios pasan desapercibidos, mientras que otros provocan un alboroto temporal. Sin embargo, hay algunos que logran permanecer en el colectivo social para la posteridad. La publicidad del Citroën ë-C3 es un buen ejemplo de ello, con la marca francesa provocando una revolución publicitaria al evocar la revolución francesa con su audaz y nuevo anuncio.
El Citroën ë-C3 es el protagonista de un anuncio que se rodó durante cinco días en un castillo en Hungría. En él, los rebeldes de un pueblo ficticio se apoderan de los Citroën ë-C3 de la alta nobleza, simbolizando así cómo el coche eléctrico llega a las masas. Este es precisamente el mensaje que Citroën quiere transmitir con su ë-C3, un coche que ha sido diseñado con el objetivo de reducir los costos de producción y ofrecer un precio de venta asequible. Con un precio inicial de 23.800 euros antes de aplicar descuentos de la marca o ayudas del estado como el Plan MOVES, y con una autonomía de 320 kilómetros, el ë-C3 se presenta como una gran alternativa eléctrica para su uso en la ciudad y trayectos cortos.
Citroën ha sabido jugar sus cartas bien en el mundo publicitario. Han tomado nota de la exitosa campaña del Renault 5 y han decidido colocar el ë-C3 en el colectivo social a su manera. El anuncio del ë-C3 comienza con un ambiente victoriano, con vestuario tomado de la película de María Antonieta, para luego romper con Suffragette City de David Bowie, una de las canciones más reconocibles y enérgicas del famoso músico inglés.
El anuncio del Citroën ë-C3 es atrevido y vibrante, con una coreografía atractiva y mucho más movimiento que simplemente un coche rodando por la carretera. Esto recuerda a la época en que Citroën era conocida por ser audaz tanto en sus campañas publicitarias como en la concepción de sus modelos. Sin embargo, no estamos hablando de coches con suspensión hidroneumática, aunque es imposible no recordar los viejos tiempos.
El lanzamiento de coches eléctricos como el ë-C3 es crucial en un momento en que se cuestiona el verdadero interés del público por los vehículos eléctricos después de que algunos países hayan retirado sus ayudas. El éxito de estos coches eléctricos por menos de 25.000 euros influirá en parte en los ritmos y direcciones que se tomen en el camino hacia la transición energética en la Unión Europea.
El ë-C3 tiene una misión importante: ser un coche asequible que impulse la electrificación. Tendrá que lidiar no sólo con el Renault 5, sino también con los futuros modelos eléctricos de Volkswagen y con los rivales procedentes de China, como los Dongfeng Box, Leapmotor T03 o el BYD Seagull.
El Citroën ë-C3, que en el anuncio escapa de la nobleza victoriana, debería tener pronto una versión más asequible (alrededor de 20.000 euros o menos) con menos autonomía que los 320 kilómetros que ofrece la versión de lanzamiento. También tendrá que hacer frente al Renault Twingo y al Volkswagen que, en un principio, se iba a desarrollar junto a él. Sin embargo, la marca de los dos chevrones parte con ventaja al tener su ë-C3 ya listo, pudiendo pulir detalles para poder enfrentarse en unos años tanto a sus rivales europeos como a los orientales.