El conflicto laboral en el sector del transporte ferroviario en Chile se intensifica con la reciente decisión de la Federación de Transporte Ferroviario de Carga y Pasajeros de Chile de mantener su huelga en las regiones del Biobío, Valparaíso y Metropolitana. La medida de fuerza surge en respuesta a la demanda de los trabajadores por mejores condiciones de seguridad en las vías férreas.
La huelga comenzó tras un hecho que conmocionó al sector: el choque frontal de un tren de carga de la empresa Fepasa y otro de prueba de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) en la comuna de San Bernardo. Este accidente, que ocurrió el domingo, fue especialmente trágico, ya que resultó en la muerte de dos maquinistas del primer convoy y dejó heridas a nueve empleados del segundo.
El presidente de la Federación, Juan Catalán, ha sido la voz de los huelguistas en las negociaciones con la empresa. Informó que las conversaciones no tuvieron éxito y, por tanto, la huelga se mantiene. «No nos sentimos seguros de transitar en nuestro trabajo. Tenemos falencias en infraestructura, en cruces a nivel de vía y, sobre todo, en la comunicación radial. Algo tan básico como eso no lo tenemos», expresó Catalán.
Por su parte, el Ministro de Transportes, Juan Carlos Muñoz, aclaró que las conversaciones con el sindicato están siendo gestionadas por la Empresa de Ferrocarriles del Estado. Según el ministro, la responsabilidad de resolver el conflicto recae en la empresa, que debe entender las preocupaciones de los gremios, abordarlas y buscar una solución.
El impacto de la huelga en el sistema de transporte chileno es considerable. Según explicó el mismo Ministro Muñoz, en un día normal se realizan cerca de 250 mil viajes en el sistema nacional de trenes. La falta de este servicio ha llevado al Ministerio de Transportes a buscar alternativas para minimizar las afectaciones a los usuarios.
Entre las medidas adoptadas, el Ministerio de Transportes ha puesto en marcha una serie de alternativas para compensar la falta de trenes. Entre estas se incluyen el uso de buses para conectar las localidades y ciudades, y el traslado de pasajeros desde las estaciones ferroviarias hasta las estaciones del Metro en la capital.
La situación actual del sector ferroviario chileno pone de manifiesto la necesidad de abordar los problemas de seguridad e infraestructura que afectan a los trabajadores. La voz del presidente de la Federación, Juan Catalán, resume el sentir de los trabajadores: «No nos sentimos seguros de transitar en nuestro trabajo». Es un llamado a la acción que resuena en todo el país, a medida que la huelga continúa y las negociaciones siguen en pie.
La huelga de los maquinistas es un claro ejemplo de cómo la falta de seguridad laboral puede llevar a la paralización de un sector tan importante como el transporte ferroviario. Las demandas de los trabajadores, lejos de ser reclamos aislados, reflejan una problemática más amplia que afecta a todo el sistema. La seguridad en el trabajo y el respeto por los derechos laborales son cuestiones que van más allá de la coyuntura actual y que requieren soluciones a largo plazo.
El choque frontal entre los dos trenes en San Bernardo fue un incidente que dejó en evidencia las falencias en infraestructura y comunicación radial del sistema ferroviario chileno. El alto costo humano de este accidente resalta la urgencia de atender a las demandas de los trabajadores.
La huelga sigue en pie y la solución al conflicto parece lejana. Sin embargo, lo que está claro es que la seguridad laboral es una demanda que no puede ser ignorada. El transporte ferroviario es un sector clave para la economía y la vida diaria de los chilenos, y garantizar su correcto funcionamiento es una necesidad imperante. La huelga de los maquinistas es un llamado a la acción que, lejos de ser un problema aislado, refleja una problemática más amplia y profunda en el sistema de transporte chileno.