Disputa de confianza entre los tres grupos de poder en Francia | Internacional

EL PAÍS

El primer debate entre los representantes de los tres bloques que están compitiendo por el poder en las inminentes elecciones legislativas en Francia ha sido un pulso de credibilidad y respetabilidad. En el debate, Jordan Bardella de la extrema derecha, Gabriel Attal del bloque macronista de centro y Manuel Bompard de la alianza de izquierdas desgranaron sus programas en materia económica, seguridad e inmigración, tratando de demostrar que serán capaces de gobernar el país a partir del 7 de julio.

La posibilidad de que puedan gobernar, sin embargo, está siendo cada vez más cuestionada, dado que las encuestas no dan la mayoría absoluta a ninguna de las fuerzas. Además, ninguna de estas fuerzas parece dispuesta a formar alianza alguna para frenar a la extrema derecha, cada vez más pujante en el país francés.

Durante el debate, que duró una hora y media, los tres aspirantes a primer ministro se centraron en problemas nacionales y pasaron de refilón por las grandes cuestiones de política internacional, como la guerra en Ucrania o el conflicto en Oriente Próximo. Además, apenas hicieron mención a los posibles choques de sus programas con la UE.

Bardella, que se autodenominó como «primer ministro», afirmó que los franceses tienen la «ocasión histórica» de pasar la página de siete años de macronismo y de la indiferencia ante la angustia del fin de mes, la inseguridad y la dificultad de acceso a servicios públicos. Por su parte, Bompard planteó las elecciones como una oportunidad para «abrir una nueva página en la historia de Francia» si los franceses «no se resignan» a caer en el «abismo del miedo» que supone la extrema derecha y su programa.

Attal, por otro lado, intentó desacreditar las propuestas «extremistas» de sus rivales y se presentó como la única garantía de que el país no aumentará más aún su déficit ni los impuestos. En su turno de palabra, criticó las propuestas de los otros candidatos, que se centraron en disputas sobre el coste de sus medidas para favorecer el poder adquisitivo y hasta en contradicciones sobre cuánto rebajar la edad de la jubilación.

El debate se produjo en un momento en el que empiezan a perfilarse estrategias para la segunda vuelta del 7 de julio. Es entonces cuando los franceses deben decidir si dan la mayoría absoluta al RN para gobernar, o si deciden frenar la llegada de la extrema derecha al poder por primera vez en la historia moderna de Francia.

En este contexto, más de 220 personalidades políticas francesas han firmado una tribuna en Le Monde pidiendo un pacto para aclarar cuál será el candidato unido a desafiar al de RN. La propuesta, sin embargo, parece difícil de llevar a cabo, ya que según varios medios, en una reunión telefónica celebrada por Macron con Attal y jefes de partido de las formaciones que forman Ensemble, se habría llegado al consenso sobre una la línea «ni-ni», ni RN ni LFI, en una segunda vuelta, aunque queda por afinar «circunscripción por circunscripción» la estrategia a seguir en caso de que la triangulación sea con un candidato de otra formación de izquierda.

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